Temas de Empresa & Familia

Formación Organizacional: la fuerza de una herramienta poco considerada

¿Quiénes deben formarse en una organización? ¿Cuándo? ¿Cada cuánto? ¿Para qué, por qué? La Formación Organizacional nos permite encontrar respuestas en tiempos de crisis, fortalecer las medidas exitosas y volver a pisar fuerte luego de traspiés dados. En este artículo derribamos mitos y contamos los beneficios de una herramienta indispensable para las empresas que sueñan a futuro, con un futuro que, además, sea vital.

“La formación es un lujo del cual nunca se puede tener suficiente. 
No existe punto de saturación en el saber”
 Tom Watson, fundador de IBM

Es habitual ver como se generan espacios de formación para empleados nuevos o en situaciones puntuales, como, por ejemplo, el lanzamiento de un producto o un cambio de sistema operativo. Tomar este tipo de instancias como algo excepcional, o incluso no tomarlo, dado que hay empresas que nunca tuvieron una experiencia formativa, es perder una buena oportunidad de consolidación y actualización de las bases fundamentales que hacen al crecimiento de la empresa.

En pleno siglo XXI, la posibilidad de darse el espacio de Formación Organizacional no solo jerarquiza, sino que también fortalece los equipos, aporta valor a la organización y brinda la cuota de innovación justa para que la trascendencia en el tiempo no sea solamente un sueño.

Pero ¿es una realidad posible para todos? ¿Quiénes deben formarse en una organización? ¿Cuándo? ¿Cada cuánto? ¿Para qué, por qué? ¿Vale hacer ese “gasto”? ¿Cómo sostener ese “gasto”?

Hay quienes piensan que la formación la necesitan los otros, y que las consecuencias de un desfasaje en la actualización y una baja en la productividad es culpa de otras áreas u otras personas. Reconociendo que cada empresa es un mundo, vale decir que esas percepciones o voces de pasillo son, a prior, una buena señal de que es momento de generar ese espacio formativo para, entonces, reforzar y unificar criterios. Por eso, y aquí una clave del éxito de estas instancias, quienes deben participar de los talleres, charlas, o diferentes tipos de encuentros formativos, son todos los que forman parte de la organización.

Es cierto que ocasionalmente pueden darse situaciones formativas grupales que sean de áreas particulares, pero éstas no reemplazan ni son excluyentes a las de la organización en su más íntegra estructura. Y, también, es atendible que las empresas no acostumbradas a estas dinámicas puedan improvisar, y, consecuentemente, tener experiencias no positivas o que no cubran sus expectativas. La Formación Organizacional requiere enfoques profundos y objetivos claros.

“Conformando programas de capacitación bien estructurados, basados en procesos de detección de necesidades realizados con las metodologías adecuadas, se pueden conocer las áreas de oportunidad de cada trabajador y, mediante las sesiones adecuadas, mejorar su desempeño y la comunicación interpersonal, logrando con ello una integración mucho más efectiva en la búsqueda de los objetivos empresariales”, explica en La capacitación en la empresa del siglo XXI el Lic. Manolo Macías.

¿Cómo no quedarse a medio camino, o cómo no animarse a intentar, al menos, por entender que se requiere de un departamento especializado, con logística, y, por supuesto, un presupuesto determinado? Lo primero que hay que subrayar es que lejos está la formación de ser un privilegio que solamente las grandes empresas se pueden dar. Teniendo en claro esto, el siguiente paso es buscar especialistas que realicen un trabajo formativo a medida -tanto en contenidos como en costos y tiempos ideales destinados a estos encuentros-, o sea, para que la Formación Organizacional funcione debe ser personalizada, atendiendo todas las particularidades de la empresa; y debe garantizar un trabajo a largo plazo comprendiéndola como un paso clave en la organización y, sobre todo, en la proyección, por lo que se planificarán encuentros formativos que vayan de la mano con las estrategias comerciales, comprendiendo siempre la visión, los valores y la identidad de la empresa.

Tomando nuevamente las palabras del Lic. Macías, “lamentablemente, las áreas funcionales encargadas de la capacitación son las primeras en sufrir de recortes presupuestales cuando la empresa atraviesa una crisis, y con ello merman la posibilidad de salir adelante fortalecidos, y el efecto se vuelve cíclico, no hay capacitación cuando hay crisis y no se puede salir de las crisis porque no hay una capacitación que impulse una mayor productividad”.

Por eso, los servicios externos son una gran alternativa, que , además, siempre aportan una cuota extra de sentido saludable, porque no hay vínculos ni intereses personales de por medio; de esta manera, los encuentros serán pensados y formulados sujetos realmente a las necesidades de la empresa, evitando que las jornadas se conviertan en un cruce de acusaciones, desligamiento de responsabilidades, o, lo que se conoce popularmente, en un “tirar agua para mi molino”.

La Formación Organizacional no es un medio para descubrir o señalar ineptitudes, sino para reconocer, ampliar, aprovechar, actualizar, y, sobre todo, desarrollar aptitudes, ver “la foto completa” que en el día a día se va haciendo pequeña, por ende, nos achica la visión. También, en los debidos casos, ayuda a dejar atrás lo obsoleto y reparar equivocaciones. La Formación establece pautas, lo que repercuten en las conductas, que, a su vez, refrescan las voluntades.

Todas las relaciones merecen su tiempo y su dedicación, las relaciones laborales tienden a no verse como tal, y no se toma en cuenta como ese “olvido” luego repercute en la eficiencia, la creatividad, el compromiso y los resultados. Aunque no sea su definición, podemos, así, permitirnos definir a la Formación Organizacional como el momento en el que la empresa elige integrar esfuerzos, fortalecer el recorrido, levantar la vista para conocer nuevos caminos y abrirlos, lo que irremediablemente se convierte en una especie de ticket al futuro con la fortaleza de tener bien consolidadas sus bases.

Conocimiento + Aprendizaje = Innovación

“¿Qué me diferencia a mí de un operario que trabaja en mi empresa? Desde luego, yo no soy más inteligente porque, excepto algunos genios escasos, todos tenemos aproximadamente la misma inteligencia, la misma capacidad. La única diferencia es que yo tengo CONOCIMIENTOS que ellos no tienen porque he tenido más oportunidades de APRENDER” Presidente para Latinoamérica de una empresa multinacional.

Existen pocas situaciones de envidia pública más evidentes que embarcarse en un avión para un viaje largo. Todos los pasajeros con asiento de turista (que anticipan la tortura que les espera), deben atravesar la zona frontal del avión reservada a Primera clase o Business, en un ejercicio cruel y premeditado. Para quienes hayan tenido la fortuna de viajar en Primera, la experiencia es inigualable: la comodidad, las prestaciones o la atención son radicalmente diferentes. Dan ganas de que el trayecto no termine nunca. La única condición consiste en estar dispuesto a pagar, al menos, 5 veces el precio del billete normal. Hace 1 mes, regresé a Venezuela por quinta vez en 1 año para impartir una serie de talleres y viajé en Primera.

Mientras esperaba plácidamente sentado a que terminase el proceso de embarque, recordé que siempre que a mí me tocaba cruzar la zona de Business, solía pensar: ¿Cómo se explica que haya gente que tiene el dinero para acceder a un billete tan caro? La mayoría de los que viajan en Primera son profesionales a quienes su empresa les paga el boleto o personas con amplios recursos económicos. En ambos casos, el elemento que les permite acceder a ese status se llama conocimiento: una empresa te remunera generosamente, y te concede ese tipo de privilegios, tan solo si tienes un conocimiento de alto valor estratégico (como el hacker de 27 años y empleado de una empresa de seguridad informática que viajaba a mi lado). Si gozas de una posición acomodada, descartando a quienes prosperan por medios ilícitos, es porque tienes un conocimiento para hacer negocios superior al de tus semejantes. Mi esposa, inmersa en pleno proceso de búsqueda de trabajo, es consciente que tiene un conocimiento muy especializado, pero en una industria, como la televisiva, sumida en una profunda crisis. Por tanto, es el conocimiento el que hace la diferencia y te permite viajar más cómodo…

Aunque no soy economista, últimamente me han pedido impartir varias conferencias sobre productividad y conocimiento. Ser productivo significa hacer más con menos, trabajar de forma más inteligente y no más duro. Si una persona necesita 5 minutos para resolver el cubo rubik, otra tarda 1 minuto y el recordman del mundo lo resuelve en 5,66 segundos, está claro quién es el más productivo. La única variable que justifica la diferencia de rendimiento entre ellos es su conocimiento: lo que sabes hacer influye directamente en tu desempeño y al mismo tiempo, no puedes hacer aquello para lo que no tienes conocimiento. Si nos trasladamos al ámbito de las empresas, las cosas son muy similares. Mientras me encontraba en El Tigre (en el corazón de la faja petrolífera del Orinoco) conocí a Christian Ferreira, colombiano experto en Perforación, que es el proceso más crítico en la principal industria del mundo como es la Petrolera, y que ha trabajado para la mayoría de multinacionales del sector. En una de las conversaciones que mantuvimos sobre Perforación, le trasladé una inquietud: ¿Qué explica que haya empresas que tienen mucho mejor desempeño que otras cuando todas tienen acceso a las mismas metodologías y tecnologías? Christian me detalló cómo trabaja la mejor empresa del mundo en esa especialidad y me resumió su “secreto” en 3 prácticas:

  1. Planeación: Invierten el tiempo y los recursos que hagan falta en esta etapa. Involucran a todos los actores relacionados con los planes de perforación (análisis de riesgos no solo a nivel de seguridad para personas y equipos sino para tener claridad sobre los desafíos técnicos que tiene el pozo a perforar y cuál es el plan de acción a ejecutar en cada una de las posibles circunstancias que se puedan presentar).
  2. Durante la Ejecución, se hace un seguimiento diario a la operación con comunicación permanente entre oficina y pozo. Cada situación especial del pozo requiere un reporte adicional, en el cuál se explica todo lo que pasó, lo que se hizo para solucionarlo y lo que realmente funcionó. De aquí van saliendo la lista de mejoras a aplicar en los pozos subsiguientes.
  3. Evaluación: Tan pronto termina de perforarse un pozo, se deben entregar los reportes completos del mismo y efectuar las reuniones de revisión de la operación. El punto central es la presentación y comunicación de las lecciones aprendidas y la definición de las mejores prácticas a ser aplicadas en el siguiente pozo. Estas mejores prácticas surgen no solo de las cosas que salieron bien, sino que incluyen las cosas que salieron mal, haciendo un análisis muy completo que permita determinar lo que realmente falló.

Una vez más, el conocimiento se demuestra como la gran ventaja competitiva. Una empresa define una metodología de trabajo, es rigurosa en su implementación y gracias a ello, logra resultados que otras empresas (que tienen acceso a los mismos recursos) no son capaces de obtener. ¿Y qué pasa cuando hablamos de países?  Nuevamente, la historia se repite. A mediados del Siglo XX, Argentina era una potencia económica que competía de tú a tú con EEUU y superaba a Alemania o Francia. Por el contrario, Corea del Sur era un país pobre que se encontraba a un nivel similar a Marruecos, Bolivia y Zambia. Alemania y Japón estaban destruidos y arruinados después de la II Guerra Mundial. Medio siglo después, la situación había cambiado completamente: Argentina perdió su protagonismo y entró en decadencia mientras Corea se ha convertido en uno de los países más pujantes e innovadores del mundo. ¿A qué se debe semejante cambio? ¿Acaso se produjo una mutación genética misteriosa que hizo que los argentinos perdiesen su inteligencia y convirtió a los coreanos en superhombres? Lo que ocurrió es que mientras unos países dejaron de aprender y se anquilosaron, otros desarrollaron conocimiento y aprendieron a marchas forzadas. Veamos otro ejemplo. Resulta llamativo que al consultar la lista de los 5 países que menos horas trabajan del mundo (Holanda, Dinamarca, Suiza, Alemania y Suecia), todos ellos figuren entre los 10 países más desarrollados. ¿Cómo es posible que trabajando menos horas sean capaces de ser más productivos?

El culpable no es otro que el conocimiento. Cuando un noruego te supera, no es porque sea noruego sino porque tiene más conocimiento. Los países desarrollados no están habitados por seres humanos más inteligentes sino por ciudadanos que se comportan de manera más inteligente. El código de circulación es un estándar de uso internacional y los automóviles son iguales en todo el mundo, pero si han tenido la oportunidad de conducir un vehículo en diferentes países, habrán comprobado que cuanto más desarrollado es un país, mejor se conduce (mayor respeto, orden, educación, etc.). Sabemos que existe un porcentaje mínimo de superdotados y también de personas con deficiencias mentales y en el medio, estamos el resto, gente normal con capacidades similares. Los que más prosperan es porque dedican más tiempo a aprender. Es verdad que hay personas que nacen con alguna facilidad o predisposición (que llamamos talento) que les entrega una pequeña ventaja inicial. Pero a medio y largo plazo, el aprendizaje y la persistencia siempre ganan la batalla. Como dice Charles Aznavour “el trabajo se convierte en talento y no al revés”. En una conferencia sobre desarrollo en Latinoamérica, le preguntaron a un experto anglosajón qué tenían que hacer los países de la región para acercarse a los del primer mundo y su respuesta fue brutal: “para empezar, ser puntuales…”. En su último libro titulado “Creando una sociedad del aprendizaje”, el prem io Nobel de economía Joseph Stiglitz sostiene que “lo que verdaderamente separa a los países desarrollados de los menos desarrollados no es la brecha de recursos sino la brecha de conocimiento… Por ello, para entender cómo crecen y se desarrollan los países, es esencial saber cómo aprenden y se vuelven más productivos y qué puede hacer el gobierno para promover el aprendizaje”. Es cierto que el conocimiento no es el único factor que explica la productividad, pero sin duda, es el que más influye en el desempeño de las personas, las empresas y los países.

El conocimiento se refiere siempre al presente, es inmediato: eres capaz de andar en bicicleta o de hacer el cubo de rubik ahora mismo o no lo eres. ¿Cómo se relaciona el conocimiento con el pasado? Ese es el mundo del APRENDIZAJE. El conocimiento no surge por arte de magia ni es cuestión de suerte. La cita inicial de este artículo lo expresa sabiamente: si tienes conocimiento es porque has aprendido. Dado que todos llegamos al mundo en las mismas condiciones (desnudos y sin saber nada), todo lo hemos tenido que aprender. No hay conocimiento sin aprendizaje previo o lo que es lo mismo, somos lo que hemos aprendido. Según Einstein, “no aprendes cosas porque eres inteligente, sino que aprender cosas te hace inteligente”. El proceso de producción de conocimiento se llama aprendizaje. Por eso la educación es tan importante para el futuro de cualquier sociedad. La productividad se estancó en la mayoría de países porque tenemos un sistema educativo que no ha evolucionado desde hace más de 1 siglo y no enseña lo que se necesita ni de la manera qué se requiere. El aprendizaje se refiere al pasado ya que abarca el largo camino que seguiste para construir todos tus conocimientos y que requirió motivación, esfuerzo, tiempo y muchísima práctica.
¿Y cómo se relaciona el conocimiento con el futuro? Ese es justamente el ámbito de la INNOVACIÓN. La innovación se ocupa de lo que todavía no sabemos, de aquello para lo que carecemos de respuesta y tenemos que inventarla mientras la gestión del conocimiento se ocupa de aquello para lo que ya existe respuesta. La innovación comienza en el momento en que lo que haces o tienes no es suficiente para lograr tus objetivos. Innovar consiste en crear nuevo conocimiento lo que significa que para innovar necesitas aprender cosas que no sabes. Toda innovación es por tanto un proceso de aprendizaje en el que pasas de tener un conocimiento (que resulta insuficiente) a tener un nuevo conocimiento más evolucionado, lo que es imposible sin aprender. Por eso mismo, el conocimiento es tanto un requisito como un resultado del proceso innovador. Requisito porque yo no puedo innovar en física nuclear , petróleo o tratamiento del cáncer dado que carezco del conocimiento mínimo de partida. Y resultado porque cada vez que innovas, creas conocimiento que antes no existía.

Conclusiones

Cuando el capital y la tecnología son accesibles a todos por igual, lo que marca la diferencia es la calidad del capital humano” Tom Peters.

Aunque los especialistas en innovación rara vez lo ven de esta manera, si al conocimiento que tienes le sumas un proceso de aprendizaje, lo que obtienes es siempre innovación. Por ende:

  1. No puedes innovar sin conocimiento previo. La innovación siempre se nutre del conocimiento y todo desafío de innovación depende de tener o no el conocimiento adecuado. El conocimiento es el alimento del cerebro.
  2. No puedes innovar sin aprender. Aprender es pasado ya que es lo que hiciste para construir tu conocimiento, pero también es futuro. Ser capaz de aprender y de anticipar acontecimientos constituye una ventaja evolutiva que explica por qué siempre ganan los más hábiles para aprender.
  3. Toda innovación genera conocimiento que, tarde o temprano, necesitará ser actualizado o sustituido mediante un nuevo proceso de aprendizaje.

Acaba de terminar un año complejo como el 2016 en el que lo único que progresó fue el conocimiento. Para innovar necesitas gestionar tu conocimiento y para tener conocimiento que gestionar, necesitas aprender. El aprendizaje es el nexo que une el conocimiento con la innovación. Innovar es mirar al futuro mientras gestionar el conocimiento es mirar al presente y pasado. Tu vida depende de tu conocimiento. Tu productividad, la de tu empresa y tu país dependen del conocimiento y el conocimiento depende de la capacidad de innovar. Si explotas lo que sabes, aprendes lo que no sabes y eres capaz de desafiar lo que te hace exitoso para crear cosas nuevas, entonces no tienes de que preocuparte.

PD: Hace casi 7 años, ya compartimos esta gráfica que mostraba precisamente la relación entre conocimiento, aprendizaje e innovación.

Artículo publicado originalmente en www.grandespymes.com.ar.
Javier Martínez Aldanondo es Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria.
Contacto: jmartinez@catenaria.cl / javier.martinez@knoco.com
En twitter es @javitomar.

¿Cuándo elaborar un protocolo familiar?

La respuesta en manos de un pesimista sería, a boca de jarro, “cuando todavía estés a tiempo”. Y algo de razón tiene, porque si la familia empresaria no establece reglas cuando las relaciones son buenas va a ser mucho más difícil llegar a acuerdos duraderos cuando hay situaciones de enfrentamiento y tensión.

El Protocolo Familiar es un acuerdo que tiene valor legal, pero, fundamentalmente, tiene valor moral, lo que significa que una familia que tiene principios éticos se compromete a cumplir determinados acuerdos, relacionados con:

  • Los ámbitos en los que van a desarrollar sus negocios
  • El modo de realizarlos
  • Las pautas para el ingreso, la permanencia y el egreso de los miembros de la familia (lo que implica, entre otras cosas, cuáles son las aptitudes que se exigen en los familiares que quieren trabajar en la empresa, las actitudes requeridas, la retribución pactada, etc.)
  • Modos de dirigir la empresa
  • Pautas para la transmisión de la propiedad, tanto en caso de fallecimiento de alguno de los socios, como en caso de que quiera retirarse en vida
  • Mecanismos para prevenir y resolver conflictos

Para realizar un Protocolo Familiar es necesario, fundamentalmente, contar con el consenso de los integrantes de la familia, ya que ellos deben participar activamente en el proceso.

En muchos casos, la realización del protocolo tiene consecuencias muy significativas en las relaciones de la familia empresaria, ya que el proceso genera cambios, tanto en la manera de conducirse entre sí, como en la práctica de rendirse cuentas, evaluar la gestión de los integrantes de la familia, ventilar las diferencias entre ellos, etc.

Por todas estas razones, la mejor manera de encarar un Protocolo Familiar es mediante la participación de consultoría externa, que cumplirá diversas funciones:

  • Elaborar un programa de desarrollo de un protocolo a medida de las necesidades de la familia empresaria, en función del grado de desarrollo de los negocios, la visión con que los encaran, y la complejidad del grupo familiar.
  • Servir de guía para el cumplimiento de los puntos acordados.
  • Intervenir en los conflictos que puedan producirse entre los miembros de la familia, proponiendo las soluciones más adecuadas para cada caso concreto.
  • Impulsar a la familia empresaria para que se focalice en la elaboración del protocolo, evitando postergaciones en el proceso.

Normalmente, quienes encaran un Protocolo Familiar están incentivados para hacerlo, porque:

  • Han conocido casos de éxito (familias cercanas que se ordenaron mejor, y hasta fueron más exitosas, a través de la experiencia del Protocolo)
  • Han conocido desastres empresario-familiares, de quienes no hicieron a tiempo un Protocolo, y se enfrentaron a duras situaciones de conflicto que terminaron hundiendo a la empresa, y separando a la familia.

El proceso de elaboración del Protocolo se inicia, habitualmente, cuando algún miembro de la familia manifiesta su inquietud al respecto y logra persuadir a otros de los beneficios de hacerlo. Sin duda, la mayor solidez del proyecto empresarial y el aseguramiento de que los vínculos van a mantenerse en su actual nivel cuando son buenos son dos de los grandes incentivos para encararlo. Sin embargo, a veces, se piensa en el Protocolo como el proceso no controversial que va a ayudar a resolver situaciones de malestar del presente, o a prevenir alguna crisis que ya se está avizorando.

Tanto para preservar lo bueno del presente como para evitar lo malo del futuro, el proceso de elaborar el Protocolo es un camino totalmente recomendable.

¿Cuándo encarar un Protocolo Familiar?

  • Cuando se van a incorporar integrantes de la nueva generación

En la medida de lo posible, elaborar reglas claras respecto de las exigencias de la empresa, una descripción detallada del puesto a ocupar, normas de retribución equitativas, pautas de satisfacción y motivos de apercibimiento, ayudan a evitar que un joven ingrese a la empresa y termine vegetando en ella, o sintiendo que hace un enorme esfuerzo que no es valorado.

A veces, también resulta conveniente establecer un régimen de pasantías para los miembros de la familia, y difundirlo de manera tal que todos los jóvenes sepan, incluso desde años antes, que hay una oportunidad para ellos en la empresa familiar.

  •  Cuando se van a encarar nuevos negocios

Son innumerables las experiencias de fracasos en nuevos negocios, y, con los fracasos, la imputación de responsabilidades, todo lo cual puede afectar las relaciones familiares.

También puede ocurrir que los nuevos negocios sean un éxito, pero que, si no fueron debidamente consensuados, traigan como consecuencia una crisis en la relación familiar: alguien no entiende por qué otro miembro de la familia empresaria ocupa tanto tiempo y energía en un negocio que no termina de ser comprendido y aceptado por todos.

Sea por la atribución de tiempo, el reconocimiento económico, el riesgo de pérdida económica o la posibilidad de un éxito no reconocido, cuanto más claramente se fijen las pautas en un Protocolo Familiar, menores van a ser las posibilidades de que el nuevo negocio sea un eje de malestar en la familia empresaria.

  •  Cuando algún titular de la empresa empieza a pensar en su retiro

¿Es necesario elegir un sucesor?

¿Hay que profesionalizar la empresa?

El retiro de un socio genera la necesidad de establecer nuevas reglas, que, probablemente, habrán de impactar en los beneficios económicos para cada participante en la empresa.

Diferenciar entre el trabajo operativo, la participación en la dirección de la empresa y los beneficios por ser titular de una participación en el capital, permite mantener las buenas relaciones y ordenar el diálogo en la familia empresaria.

  •  Cuando se va a realizar un cambio significativo en la empresa

Sea un cambio en la visión de la empresa, sea un cambio en la misión, en la plantilla de personal, en la infraestructura, lo cierto es que no todos acompañan el cambio de la misma manera. Algunos son especialmente entusiastas, y otros se resisten.

Para lograr las mejores actitudes, el proceso de elaboración del Protocolo Familiar es de enorme ayuda.

  •  Cuando agobian los conflictos

En algunos casos no se pueden resolver los conflictos en forma directa, porque algunas personas tienen su sensibilidad a flor de piel, y el solo hecho de hablar de determinados temas les resulta traumático.

En esos casos, el proceso de elaboración del Protocolo puede ser de enorme utilidad, dado que es posible mantener el diálogo y buscar puntos de consenso en otras áreas mientras pasa el tiempo necesario hasta que el conflicto pueda ser debidamente abordado. Además, en la medida en que habitualmente el Protocolo incluye mecanismos para prevenir y resolver conflictos, esos contenidos pueden ayudar a que el clima mejore, y los protagonistas estén más predispuestos a llegar a acuerdos.

Webinar / Protocolo empresario familiar: un pacto entre generaciones

Compartimos de manera exclusiva para nuestros suscriptores la conferencia brindada por el Dr. Leonardo Glikin el 27 de abril en el marco de Webinars Vistage.

Para evitar conflictos y asegurar la continuidad de la empresa es necesario establecer normas ordenadoras y cumplibles. Conocer el proceso de elaboración del Protocolo Familiar es el mejor camino para un acuerdo entre generaciones, al diferenciar derechos y deberes de quienes dirigen, quienes gerencian, quienes trabajan en la empresa, y los que son, o serán, los dueños del patrimonio familiar.

 

Para realizar consultas al respecto, pueden escribir a comunicaciones@caps.com.ar

De Temas de Planificación a Temas de Empresa y Familia

 

Cuando, en 2003, nos propusimos continuar por vía electrónica la revista de papel que habíamos inaugurado en 1997, nos propusimos seguir insistiendo acerca de los beneficios de la Planificación Patrimonial, Financiera y Sucesoria, para las empresas y las familias.

Quince años después, percibimos que a nuestros lectores les atraen, especialmente, los temas de empresas, de familia y de empresas de familia, más allá de la Planificación, metodología que sigue guiando nuestra actividad profesional como consultores, pero no resulta un eje convocante para nuestra publicación.

Por eso, a partir de este mes, nuestro newsletter se llama Temas de Empresa & Familia.

Ofrecemos un cambio visual, y también presentamos importantes reformas en el website del newsletter: www.temas-caps.com.ar.  Tendrá, desde ahora, un acceso más expeditivo a nuestros artículos anteriores, que están ordenados de acuerdo al área de incumbencia, y quedan reservados para nuestros suscriptores:

Empresa & Familia, Planificación Sucesoria, Planificación Patrimonial, Pymes, Parejas, Exiting, Protocolo Familiar, Nueva Generación, Recursos Humanos, Educación Ejecutiva, Management, Continuidad Empresaria, Gestión del Conocimiento, Nuevo Código Civil, etc…

También hemos desarrollado artículos especiales para suscriptores, quienes se beneficiarán permanentemente con propuestas, encuestas, tips, que les permitirá estar permanentemente actualizados respecto de nuestros Temas.

Si Ud. está suscripto, recibirá un mail con su usuario y contraseña.

Si no está suscripto, o no recibe el mail, puede suscribirse clickeando aquí o en la barra de navegación del newsletter.

Esperamos que estos cambios nos ayuden a llegar cada vez a más personas y empresas, porque prevenir conflictos, prever el futuro, organizar la empresa, son valores fundamentales para la preservación del patrimonio empresarial y familiar, y la mejor calidad de vida para cada uno.

EL DIRECTOR

Nosotros, heredantes

Existe una palabra  para definir a quien, sabiéndose mortal, toma medidas para que su patrimonio llegue de la mejor manera a quienes debe llegar, y a la vez, para poder vivir su vida con el mayor resguardo económico que sea posible, incluso si no está en condiciones de generar nuevos ingresos.  Esa palabra es heredante.

Todos somos heredantes, porque tenemos, o tendremos, un patrimonio, y seguramente queremos que, en caso de que tengamos que transmitirlo, llegue a las personas que consideramos adecuado; y también tenemos nuestras propias necesidades, y las necesidades de nuestro entorno afectivo (pareja, hijos, amigos), a los que queremos proteger o beneficiar.

Por todo ello, será útil que nos hagamos algunas preguntas:

  • ¿Cuál sería la situación de mis seres queridos en caso de fallecer prematuramente?
  • ¿Quiénes se verían afectados?
  • ¿Qué acciones podría implementar para protegerlos?
  • ¿Cómo podría evitar conflictos entre los seres queridos?
  • ¿Me interesa dar a todos mis seres queridos por igual (lo que implica ser igualitario) o diferenciar en función de valores tales como necesidades, merecimientos, etc (lo que implica ser equitativo)?
  • ¿Qué pasaría si una situación de enfermedad me impidiera tomar decisiones sobre mi cuerpo? ¿Quiénes deberían tomar esas decisiones?
  • ¿Qué riesgos correrían mis proyectos, por mi ausencia física o intelectual?
  • ¿Qué pasaría si los costos a afrontar en el futuro fueran demasiado altos y en mi retiro  no contara con los recursos económicos para ello?
  • ¿Cómo debería manejarse el negocio, mi actividad profesional  o mi empresa, si yo no pudiera hacerlo?

Los cuatro pilares de la Planificación Sucesoria

Contestar esas preguntas permite encarar la Planificación Sucesoria.

Esto implica abarcar motivaciones disímiles de cada persona, ya que a cada edad y en cada circunstancia algunas motivaciones pueden ser más relevantes que otras.

Por eso, hablamos de los cuatro pilares de la Planificación Sucesoria, que son los siguientes:

  • La protección
  • La armonía
  • La proyección personal
  • La trascendencia

Los analizaremos en forma particular.

La protección

Significa arbitrar los medios necesarios para que:

  • Los seres queridos no sufran un deterioro en sus condiciones materiales de vida como consecuencia de la desaparición de su proveedor de ingresos.
  • El patrimonio no se vea afectado por un impacto impositivo derivado del fallecimiento del titular.

La armonía

Consiste en adoptar medidas tendientes a:

  • Evitar conflictos entre miembros de la familia.
  • Definir los principios éticos del heredante (o sea, de quien está encarando su propia Planificación Sucesoria), que, en general, se basan en:
    • Mantener la igualdad entre los hijos.
    • Propender a la equidad, tendiendo a compensar situaciones de diferencia.
    • Premiar el mayor esfuerzo de algunas personas.
    • Compensar por la presencia y asistencia recibida de algunos hijos u otros seres queridos, en especial en la vejez o durante una enfermedad.
    • Compensar a quien haya sido afectado por los condicionamientos de la vida (por ejemplo, un hijo que padece una enfermedad discapacitado)
  • Dar a cada uno lo que le corresponda sobre la base de los principios éticos del heredante.
  • Tratar de armonizar tales principios del heredante con lo que puede ser aceptado por los herederos, lo que ayudará a evitar un mal recuerdo en el marco de los afectos. En otras palabras, intentar soluciones por consenso.

La proyección

Entre los valores más apreciados de una persona se encuentra lograr que sus propios proyectos puedan seguir adelante.

En el caso de las empresas esto ocurre cuando algún individuo se plantea cómo conseguir que se continúe más allá de su esfuerzo personal, tratando de evitar con ello que la organización padezca el impacto de la falta de su aporte personal.

En esos escenarios, el empresario se está planteando su propio exit planning, o sea, la estrategia para la salida personal de la empresa y la búsqueda de personas comprometidas para poder llevarla adelante.

Pero también está comprendido el riesgo de no poder retirarse: de que, por alguna contingencia, una persona no pueda seguir adelante con su empresa o con sus proyectos.

“Empezar con el fin en la mente” es un sano principio que implica poder prever las contingencias, e imaginar la manera de resolverlas.

La trascendencia

Sea a través de actos filantrópicos, o de la consolidación de ciertos proyectos personales, lo cierto es que satisfacer las necesidades de trascendencia significa responder de la manera más efectiva posible a algunos de los valores más importantes de los seres humanos.

Trascender significa, por ejemplo, que el propio nombre bautice un proyecto, o que el esfuerzo del presente rinda sus frutos en el futuro lejano (por ejemplo, al garantizarse la educación de los nietos o de los bisnietos).

Muchas veces, quienes se focalizan en el pilar de la trascendencia, ya tienen íntegramente resuelto el pilar de la protección.

¿Quiénes y cuándo deberían consultar por su Planificación Sucesoria?

Una respuesta factible es “todos aquellos que tengan un patrimonio, una familia, un entorno afectivo y el deseo de dejar organizado en vida qué sucederá con todo ello cuando acontezca la muerte, para así poder vivir tranquilo ahora”.

No obstante, en particular, podemos mencionar algunos casos en los que resulta imprescindible, a saber:

  1. Cuando se está por comprar o vender un bien importante.
  2. Cuando alguien decide casarse o divorciarse.
  3. Al comenzar una convivencia de hecho, o quienes ya conviven.
  4. Al formar una familia ensamblada.
  5. Cuando existe algún miembro de la familia discapacitado.
  6. Cuando nace un hijo.
  7. Cuando los padres son ancianos o se encuentran enfermos.
  8. Cuando se está por iniciar un negocio con otra persona, o una sociedad.
  9. En casos de empresarios o profesionales independientes.
  10. Cuando existen cónyuges e hijos de ellos.
  11. Cuando una persona de mediana edad se halla interesada en encontrar una forma de ingreso para su retiro, asegurarse la educación de sus hijos, o la manutención del nivel de vida de su familia al fallecer o enfermarse gravemente.
  12. Cuando se ha transitado por sucesiones complejas y se quiere asegurar a los herederos la transmisión de su patrimonio con prolijidad y seguridad.
  13. Cuando se considera que se necesita asesoramiento profesional especializado para lograr sus objetivos de previsión del futuro, para así vivir más tranquilo el presente y evitar conflictos sobre la base de su propia realidad personal, patrimonial y familiar.
  14. Cuando alguien se siente desplazado de un patrimonio o de una empresa.

La rueda de la vida

CAPS CONSULTORES le da la bienvenida a Planning Tools, nuestro espacio de herramientas para el crecimiento personal y profesional de nuestros amigos.

Ud. puede acceder al presente Ejercicio ingresando los datos a continuación:

Usuario: SuscriptorTemas
Contraseña: temas2671

Empresas familiares en la Universidad Torcuato Di Tella

 

Mensaje del Director:

“Cada familia feliz se parece a otras familias felices. Cada familia infeliz, es infeliz en su propio estilo” – León Tolstoi, Anna Karenina.

Toda empresa de familia afronta, tarde o temprano, dos desafíos que definen su supervivencia: el crecimiento y el traspaso generacional.

Esos desafíos plantean preguntas que se deben responder: cuál es el lugar de cada uno, cuáles son las metas compartidas y cómo compatibilizar las distintas expectativas, capacidades y actitudes frente al compromiso y al poder.

Si no se encuentran las respuestas adecuadas a esas preguntas, pueden convertirse en conflictos capaces de arrasar con las relaciones familiares y paralizar a la empresa. Para evitar tales consecuencias, es necesario comprender cuáles son las amenazas a prevenir y resolver, y cuáles son las mejores prácticas a incorporar.

A través de este programa se podrán identificar las claves, analizar experiencias reales y conocer las estrategias para aportar al éxito de la empresa y a la felicidad familiar.

Leonardo J. Glikin
Abogado, UBA. Fundador del Consejo Argentino de Planificación Sucesoria Asociación Civil y director de CAPS Consultores.

Objetivos

  • Identificar los elementos distintivos de las empresas de familia y de las familias empresarias.
  • Conocer las distintas etapas de la empresa de familia, a fin de hacer los aportes organizativos propios de cada etapa.
  • Formular un modelo sustentable de consolidación y traspaso generacional.
  • Nutrirse de las mejores prácticas de otras empresas.
  • Comprender el marco legal, para poder utilizar los instrumentos más adecuados.

Ver:

Plan de Estudios

Diseño y Fechas

Cuerpo de Profesores

Informes e inscripción

El grupo empresario – familiar, estrategia para perdurar

 

Toda familia empresaria tiene una responsabilidad indelegable: establecer las condiciones para un traspaso generacional que preserve la armonía familiar y siente las bases para la continuidad del éxito del proyecto empresarial. Algunas eligen conformar un grupo empresario-familiar. ¿Cuáles son las condiciones de éxito?


 

La empresa principal, probablemente, desarrolla un tipo de productos en un mercado específico, pero los titulares de la empresa no se quedaron ahí. Al contrario, imaginaron que esa empresa podía ser el motor primario para otros emprendimientos que fueron creciendo a lo largo del tiempo y que hoy tienen una significación particular.

El crecimiento diversificado de las empresas se centra en alguna de las siguientes dimensiones:

    • Tecnología
    • Productos y servicios
    • Mercados geográficos
    • Segmentos de clientes
    • Canales de distribución.

 

A su vez, el modelo de transferencia generacional que se aplica en las empresas diversificadas, y en las pocas que no lo son, es el que denominamos “modelo representativo”, que consiste en lo siguiente:

1.- Todos los integrantes de la familia consanguínea de la generación siguiente van a ser accionistas de la empresa o del grupo empresario familiar, en un pie de igualdad, por el sólo hecho de ser herederos de los integrantes de la generación actual.

2.- La relación entre los propietarios del capital está detalladamente reglada a través de estructuras jurídicas como:

– Una sociedad holding, es decir, propietaria del capital de otras sociedades.

– La sindicación de acciones, que significa que cada linaje familiar tiene acciones de un tipo determinado (A, B, C), que participan en instancias de tomas de decisiones propias de cada linaje, para luego, a través de un solo representante, llevar a la Asamblea de accionistas una posición unificada.

– Mediante la constitución de un fideicomiso que en la práctica va a cumplir los mismos objetivos que la sindicación de acciones, o sea, diferenciar los ámbitos de participación de cada uno de los accionistas a efectos de hacer más expeditivas las instancias de decisión de la sociedad.

3.- Está tajantemente dividida la condición de accionista de la posibilidad de trabajar en las empresas del grupo empresario-familiar, con reglas que persiguen el objetivo de que todo aquel que participe en la gestión cuente con las aptitudes y exhiba las actitudes adecuadas para ello.

4.- Se tiende a la profesionalización de la dirección del Grupo.

 

 

Este modelo de transferencia generacional, al que denominamos “representativo”, es una sofisticación del modelo tradicional, por el cual se diferencia entre la titularidad de capital, la dirección de la empresa y la gestión operativa, ya que, al elegirse un representante por cada grupo de accionistas (normalmente diferenciados entre sí por su pertenencia a diferentes linajes familiares), se evitan asambleas multitudinarias.

De esta manera resulta factible elevar el nivel del debate empresarial, dado que hasta se pueden establecer requisitos de admisibilidad de los representantes, basados en su formación técnica o académica y en su idoneidad moral. Por otro lado, se evitan situaciones que podrían poner en riesgo la paz familiar, por ejemplo, en la hipótesis de que el integrante de un linaje se adhiriera al postulado de sus primos y votara con ellos, perjudicando de esa manera a sus propios hermanos.

También suele pautarse una restricción a la venta de las participaciones societarias a la familia ampliada o a terceros, estableciéndose una prioridad para los integrantes del mismo linaje familiar. Muchas veces en este modelo se admite la participación de los parientes políticos como titulares de participaciones societarias, pero se limita a través del sindicato de acciones su participación en los órganos de dirección.

Un caso a modo de ejemplo

El Grupo J. está dirigido por los cinco hijos del fundador de la primera empresa, un cine de barrio.

Al fallecer el Fundador, todos los hijos decidieron mantenerse unidos en los negocios, lo que los llevó a desarrollar una escuela primaria, luego un hotel, una agencia de viajes y, en la medida en que adoptaron la práctica de reinvertir las ganancias, posteriormente desarrollaron una franquicia gastronómica.

Para poder ordenar sus relaciones en función del largo plazo, los integrantes del Grupo confeccionaron un Protocolo Empresario Familiar, a través del cual establecieron con claridad los modos de participación de cada linaje familiar en los negocios del mismo, los requisitos para poder quedar a cargo de cada uno de los negocios, los mecanismos de rendición de cuentas, y el derecho del Holding empresario-familiar de intervenir, para fijar el rumbo y dar las pautas de reinversión en cada negocio, o asignación de recursos a otro negocio del Grupo.

 

Valores involucrados

Cuando se decide organizar a la empresa familiar con este modelo, los valores principales que se toman en cuenta son la unidad familiar, el principio de igualdad, el orden, la transparencia y la gobernabilidad.

Todo ello lleva a poner mucha atención en los mecanismos de prevención y resolución de conflictos, a preocuparse por lograr la plena aceptación del sistema elegido por parte de todos los miembros de la familia, ya que ello asegura actitudes colaborativas, incluso frente a decisiones difíciles que se deban adoptar en el transcurso de la vida empresarial.

Visto desde la individualidad de los integrantes de la familia empresaria, valores tales como la solidaridad, la comprensión mutua, la colaboración en la tarea, el respeto a la libertad de elección de la carrera de cada uno y la composición de intereses son la plataforma para un aprendizaje que nunca termina.

Beneficios de este modelo

Tanto cuando se trata de una familia numerosa como cuando el Grupo empresario-familiar está en proceso de traspaso de segunda a tercera generación, o de tercera a cuarta generación, resulta conveniente garantizar la representación de cada linaje familiar, como una manera de ordenar el diálogo en la familia propietaria y evitar transacciones espurias, a través de las cuales algún integrante de la familia podría acumular un poder excesivo, por ejemplo, por comprar acciones de los primos, lo que, a la corta o a la larga, operaría en contra de la unidad familiar.

Por lo tanto, constituyen aportes de valor para el largo plazo que cada linaje familiar tenga un representante, y que se establezca un sistema por el cual las acciones que corresponden a un linaje no pueden ser transferidas a otro linaje; por lo menos, si no se brinda un derecho de prioridad dentro del propio linaje, y luego, en caso de que ninguno de sus integrantes quiera adquirir las acciones, que haya una oferta igualitaria hacia todos los restantes linajes.

Como se ve, el eje principal de la transferencia generacional es la pertenencia a la familia consanguínea. Se concibe a todos los hijos como herederos del capital, y se diferencia entre los que trabajan o dirigen la empresa respecto de quienes no participan a través del sueldo, los honorarios de directorio, un bonus por su rendimiento o compromiso con la empresa, participación en las ganancias, etc., pero se hace hincapié en que todos los descendientes consanguíneos van a estar en un pie de igualdad en el acceso al capital de la empresa.

Este modelo responde a la visión de una empresa familiar que trasciende las generaciones y que sigue creciendo como grupo económico-familiar, aplicando sus excedentes para la expansión de sus negocios actuales o la fundación de nuevos emprendimientos.
En este modelo, la conciencia respecto del privilegio que implica pertenecer a la familia empresaria constituye el punto de partida para cimentar los lazos afectivos y económicos, en un marco de colaboración y respeto recíproco.

Definir que una empresa familiar se convierta en un Grupo empresario familiar es una experiencia desafiante, que, por una parte, puede garantizar la unidad a largo plazo, y, por otra parte, puede ser la llave para aprovechar eficientemente las oportunidades del presente para un desarrollo económico exitoso, en base a la participación ordenada e inspiradora de los integrantes de la familia empresaria.

*El autor es abogado, consultor en Planificación Patrimonial y Sucesoria en empresa y familia y conferencista internacional. Dirige CAPS Consultores». 

Planificación sucesoria personal, un asunto del más acá

“Pensar la herencia es un asunto del “más acá”. Y la sucesión entre linajes y generaciones es un asunto de todos”. Así finaliza Pensar la Herencia, el primer libro de Planificación Sucesoria en habla hispana. Ahora, a 22 años de la primera edición, repasamos algunos conceptos fundamentales.


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¿Qué es la Planificación Sucesoria Personal?

Definimos a la Planificación Sucesoria Personal nos permite tomar decisiones en función de cuatro ejes fundamentales:

  • La protección de nuestros seres queridos
  • La armonía de nuestra familia
  • La proyección hacia el futuro de nuestras ideas, nuestra práctica profesional, nuestra empresa.
  • La trascendencia, o sea, la posibilidad de que nuestro paso por la vida deje huella más allá de nuestro tiempo.

La Planificación Sucesoria no se completa en un acto único, sino que se desarrolla a través de un conjunto de acciones, con la asistencia profesional adecuada: desde contratar un seguro de vida,  hacer un fideicomiso, o un testamento, constituir una sociedad o una fundación, etc.

La filosofía de la Planificación Sucesoria Personal.

“Tomar los asuntos de la vida teniendo en cuenta la posibilidad del retiro y la certeza de la muerte”.
En esta frase se resume la filosofía de la Planificación Sucesoria Personal.
Tengamos presente que la muerte no es una contingencia, que puede ocurrir o no,  sino una certeza. Lo contingente, aquello respecto de lo que no tenemos certeza, es cuándo va a ocurrir.
Cuánto va a vivir una persona es una incógnita dramática, dado que una muerte prematura puede ser sinónimo de dejar desprotegidos a los hijos, en tanto que una vida muy larga puede dar lugar a situaciones de dificultad financiera cuando una persona ya no está en condiciones de proveer a su sustento a través de su trabajo, pero sigue necesitando ingresos económicos.
Por esas razones, es necesario encarar las cuestiones relativas a la protección de la familia y al retiro desde la Planificación Sucesoria Personal.

Los grandes temas involucrados

La Planificación Sucesoria Personal se divide en dos ramas:

  • la Planificación Sucesoria Patrimonial proceso para el cual es necesario considerar la totalidad de los bienes y las deudas de una persona, y el conjunto de potenciales herederos;
  • Modos de distribución del patrimonio entre herederos, definiendo si se establecerán diferencias entre los del mismo rango.
  • Pautas para la protección del cónyuge, en especial cuando no es el padre/madre de los hijos.
  • Protección del núcleo conviviente, aun en caso de que la pareja no esté casada.
  • Formación de un fondo para mantener a los hijos menores o parientes con discapacidad
  • Otorgamiento de legados a personas o instituciones.
  • Pautas para la protección patrimonial a largo plazo, incluyendo el cuidado de la salud en el largo plazo, etc.
  • Protección de los padres mayores
  • Traspaso de la propiedad de la empresa
  • Mecanismos para la prevención y resolución de conflictos sucesorios

b) La  Planificación Sucesoria Personalísima, que abarca  cuestiones no patrimoniales, pero de elevada significación para cada persona, tales como:

  • Reconocimiento de hijos extramatrimoniales.
  • Designación de tutor para hijos menores
  • Designación de curador para parientes incapaces.
  • Manifestación del deseo de evitar tratamientos inconducentes
  • disposiciones respecto de la donación de órganos
  • designación de un curador para el propio heredante en caso de su incapacidad
  • disposiciones respecto de las honras fúnebres, destino del propio cuerpo, etc.

 Los instrumentos de la Planificación Sucesoria Personal

En función de los objetivos fijados por el heredante, es posible determinar cuáles son los instrumentos idóneos para realizar la Planificación Sucesoria Personal.
Los instrumentos genéricos más usuales  son:

  • El testamento
  • El fideicomiso
  • El contrato de donación, y sus variantes (tales como la donación con reserva de usufructo, la donación con cargo, la oferta de donación, etc)
  • El contrato de renta vitalicia
  • Los seguros de vida
  • Las sociedades patrimoniales
  • Instrumentos financieros, tales como la hipoteca revertida, mecanismos para el endeudamiento a largo plazo, etc.

Estos instrumentos se complementan con los que se utilizan para la Planificación Sucesoria en la empresa, tales como:

  • Las sociedades comerciales
  • El protocolo familiar/empresarial.
  • El convenio de continuidad empresaria (buy and sell agreement).
  • El fideicomiso productivo

Las resistencias a planificar

“En este país no se puede planificar. Todo el tiempo están cambiando las reglas del juego”.
“Nosotros vamos a planificar, pero más adelante. Por ahora, estamos muy concentrados en ganar dinero, y hacer que la empresa salga adelante”.
Estas son algunas de las frases que habitualmente se escuchan de quienes no están decididos a encarar un proceso de Planificación.
Sin embargo, los cambios abruptos del entorno no impiden planificar. En todo caso, obligan a un mayor margen de flexibilidad, y a una reflexión más profunda respecto de las contingencias que pueden generar desvíos, y cómo enfrentarlas.
Planificar no es lo que viene después de ganar dinero. Por el contrario, el tener claros nuestros objetivos,  los factores de riesgo, y la manera de prevenirlos, ayuda a encarar los desafíos del día a día con mayor seguridad y mejores posibilidades de éxito.

Para conocer más del tema, visite CAPS Heredantes
www.caps-heredantes.com.ar

El desafío de poner el nombre familiar a la empresa

Cabrales, Jazmín Chebar y Paladini son algunos de los que pusieron su apellido como marca, una decisión que tiene sus ventajas, pero que implica un mayor compromiso. Sus apellidos se escuchan en la radio, se ven en la televisión y se leen en los diarios y la cartelería pública, al tiempo que también se los puede encontrar en las góndolas del supermercado, en el almacén de barrio o en la casa de moda. Pero más que asociarlos a una persona en particular, el consumidor los tiene identificados con un producto: son los casos de dueños que pusieron el nombre a su marca.

En este club de empresas con nombre familiar juegan Cabrales, Coto, Colombraro, Paladini, Frávega, Garbarino, Baggio y Jazmín Chebar, entre muchos otros que nutren los comercios locales. También siguen en él Terrabusi, Dante Robino, Canale, Orfila, Navarro Correas, Vizzolini y Paula Cahen d’Anvers, entre otros, aunque con la particularidad de que ya no pertenecen a la rama fundadora.

Pero ¿tener el nombre impreso en el producto beneficia o perjudica? Martín Cabrales, vicepresidente de Café Cabrales y tercera generación en el negocio, dice que el haberse iniciado en Mar del Plata, que como toda ciudad del interior es bien localista, ayudó a posicionar su marca casi como algo de dominio público. “Pero también te genera el compromiso de tener una conducta ética, porque eso puede repercutir en el consumidor”, acota el empresario.

Fernando Moiguer, economista, experto en estrategias de negocio y marca, explica que cada vez tiene más riesgo poner el nombre a la marca, por eso la tendencia mundial va hacia otro lado. “Hace unas décadas el nombre era garantía para el consumidor, pero en el mundo actual eso cambió y llevar el apellido de una marca es más un problema que una solución”, opina.

Moiguer cree que este tipo de denominaciones va a perdurar sólo en empresas de servicios profesionales (abogados, contadores, etcétera). “Es muy delicado portar el apellido en la marca, porque hoy se está expuesto todo el tiempo y el consumidor es mucho más crítico que antes”, analiza el especialista.

Pese al riesgo, hay quienes encuentran beneficios en tener el apellido como paraguas. Máximo Rainunzzo, presidente de Interbrand Cono Sur, dice que estas marcas/familia logran mayor conexión con el consumidor; exhiben una gestión más consistente, porque no hay cambio de personas que alteren ese manejo; establecen ambientes de trabajo más perdurables, y tienen muy en claro cuál es el ADN de su negocio, algo que se traduce en su estrategia.

También es cierto, advierte Rainunzzo, que a veces se pierde oxigenación, algo que sólo puede dar la visión de gente externa a la familia. “Hoy, con todos los cambios que tuvo el consumidor, esa falta de adaptación a nuevos escenarios puede causar un problema -afirma el experto-. Por eso muchas compañías fueron vendidas, porque no pudieron renovarse.”

Adrián Saporiti es presidente de Grupo Saporiti, la principal proveedora de ingredientes, sabores y soluciones para la industria alimentaria y de bebidas de la Argentina. Dice que llevar el nombre propio en la empresa es un compromiso personal, casi visceral, con el proyecto. Pero también advierte que los actos personales pueden afectar la imagen de la marca.

Otra circunstancia que se vive de forma diferente es la decisión de venta, porque, como dice Saporiti, de alguna manera se vende el apellido. “Ahí es cuando surge el interrogante: ¿cuánto valor tiene esa compañía?”, se pregunta el ejecutivo.



Cambio de manos

Canale, Terrabusi, Dante Robino, Sáenz Briones, Navarro Correas, Rigolleau y Paula Cahen d’Anvers fueron, entre otras, algunas de las marcas que pasaron a manos ajenas a la familia fundadora (ver infografía). Para el que compra es importante mantener esa marca/apellido, porque ya está impuesta en el consumidor; pero, como acota Rainunzzo, el nuevo dueño tiene el desafío de mantenerla activa y de gestionarla con éxito.

Lo que ha sucedido en la mayoría de los casos es que estas marcas han pasado a quedar bajo el paraguas de un nombre corporativo, por lo general una multinacional, que las tiene como una de tantas dentro de su variado portfolio de productos.

Es posible que, como estima Moiguer, estas marcas/familia sean poco comunes en el futuro, en un mundo donde la tendencia será comprar empresas familiares y resignificarlas bajo un nombre formado por una sigla. “Los apellidos empiezan a perder sentido. Construyen distancia y no cercanía”, opina el consultor.

Cabrales reconoce que puede ser que su generación sea el último exponente de un tipo de manejo familiar, porque vislumbra que en el futuro se va a profesionalizar más la gestión. “Lo que pasa es que cuantos más años cumple la empresa y más grande es la familia, tenés el compromiso de hacer crecer la marca, porque de lo contrario deja de ser un negocio rentable para todos los miembros”, explica el empresario.

Artículo publicado originalmente en La Nación (Via Grandes Pymes)

Preguntas para una integración exitosa

Es muy habitual que, cuando una familia nuclear es titular de una empresa (papá, mamá y sus hijos), la incorporación de éstos a trabajar se gradúe en función de las inquietudes de los hijos, sus diversas capacidades, las necesidades de cubrir puestos en la empresa, y las propias expectativas de los mayores. En cambio, cuando en la empresa hay socios que tienen diversas familias nucleares -sea porque en Primera Generación hay más de un titular, o porque la empresa ya se encuentra en Segunda Generación- las reglas claras respecto de las pautas para el ingreso, la permanencia y el egreso de los miembros de las familias propietarias resulta una de las claves fundamentales para evitar conflictos. 


 

Veamos algunos ejemplos:

Ariel, nieto del Fundador de la empresa, siempre soñó con ser el Gerente General. Sin embargo, su estilo avasallador, su falta de paciencia, y su búsqueda de resultados a cualquier costo nunca fueron del agrado de sus tíos. Por eso, cuando el líder del grupo familiar, su tío Osvaldo, se enfermó, se produjo una crisis familiar: Ariel quiso hacerse cargo del puesto de su tío, pero se encontró con una firme oposición, tanto de Osvaldo como de su tía Alejandra.

Ese enfrentamiento entre Ariel y sus tíos puso en riesgo la sustentabilidad de la sociedad. ¿Podría haberse evitado esta situación?
Sin duda, los conflictos por la participación laboral de un miembro de la familia en la empresa ocurren cuando no existen normas previamente establecidas y consensuadas, que establezcan con claridad los modos de enfrentar las situaciones de cambio. Lo que hace tan necesario encarar la confección de un protocolo empresario-familiar en el cual deberán reglarse:

  • Pautas para el ingreso de familiares a la empresa

¿Pueden ingresar todos los que lo deseen, o sólo en función de que la empresa tiene la necesidad de cubrir una vacante?

¿Existe un requisito de edad mínima o máxima para ingresar a cada puesto?

¿Existe alguna prioridad para los miembros de la familia, frente a postulantes externos, o en todos los casos se va a elegir al que esté mejor preparado?

¿Se requiere que el miembro de la familia haya realizado una experiencia previa en otra empresa?

¿En caso afirmativo, por cuánto tiempo?

  • Pautas de retribución

¿Ganará lo mismo que los no familiares en cargo similar, o tendrá algún beneficio especial en su remuneración, definido por la empresa?

¿Se cumplirán a su respecto los requisitos establecidos en la Ley de Contrato de Trabajo y en los convenios colectivos aplicables?

  • Régimen de vacaciones y licencias

¿Tendrá los mismos tiempos de vacaciones y licencias que un no familiar?

Por el contrario, ¿se le brindarán mayores beneficios por su condición de familiar?

  • Pautas para la permanencia

¿Se habrá de establecer un plan de carrera?

¿Qué criterios se utilizarán para evaluar la conformidad de la empresa con el ejercicio de sus funciones por parte del familiar?

¿Quién evaluará al familiar?

  • Medidas correctivas/disciplinarias

¿Quién puede establecerlas, respecto de un miembro de las familias propietarias?

¿Cómo evitar que una sanción disciplinaria genere una crisis familiar?

  • Pautas de salida

¿Quién define la salida de un miembro de la familia?

¿Cómo se compensa al miembro familiar por su salida?

Nuevamente, ¿cómo evitar que el despido de un miembro de la familia genere una crisis familiar?

Responder a estas preguntas y llegar a un consenso entre los titulares actuales de la empresa es un primer paso para poder escribir esos acuerdos en un Protocolo Empresario-Familiar, y luego poder transmitir las pautas definidas a los integrantes de la familia que habrán de incorporarse en la empresa.

Las relaciones entre familiares y trabajo son muy delicadas, porque dependiendo de dónde ponemos el eje (la solidez de la empresa, la felicidad de la familia), las soluciones van a ser disímiles. Y una familia empresaria requiere de criterios compartidos, para evitar conflictos y poder encarar los desafíos del futuro cohesionados, y con un fuerte sentido de pertenencia.

Para saber más del protocolo empresario-familiar, visite www.elprotocolofamiliar.com.ar

Beneficios de protocolizar la empresa

Cada vez más empresas de familia encaran su proceso de protocolización, que permite brindar mayor solidez a las relaciones entre sus integrantes, y a encontrar el camino adecuado para su continuidad en el tiempo. En este artículo nos centraremos, más que en el resultado final (el protocolo empresario-familiar) en el camino que permite lograrlo. 


¿Qué es un protocolo?

Una visita a Wikipedia nos permite concluir que la palabra “protocolo” tiene variadas aplicaciones:

  • En las relaciones humanas y sociales, es el conjunto de reglas de formalidad establecidas para los actos diplomáticos y las ceremonias oficiales. También es el modo de dirigirse a una persona determinada, y las reglas de comportamiento en ámbitos determinados.
  • En Diplomacia, son las fórmulas iniciales de un texto con valor jurídico.
  • En el Derecho Internacional, es un instrumento anexo, adicional o complementario a un tratado internacional.
  • En comunicaciones, es el conjunto de reglas y estándares que controlan la secuencia de mensajes que ocurren durante una comunicación entre entidades que forman una red, como teléfonos o computadoras.
  • El protocolo de actuación es el conjunto de reglas para intervenir en una situación concreta (por ejemplo, una emergencia).
  • El protocolo notarial es el libro donde quedan asentadas las actuaciones de un escribano.

¿Y qué es el protocolo empresario-familiar?

Es un instrumento, con valor moral y legal a través del cual una familia empresaria plasma sus acuerdos en materia de:

  • Planificación estratégica de la empresa o el grupo empresario-familiar.
  • Pautas para el ingreso, permanencia y egreso de los miembros de la familia.
  • Pautas de retribución para familiares, tanto en función del trabajo, como de la dirección o la propiedad de participaciones en la empresa.
  • Definición y reglas de funcionamiento de los dispositivos de gobierno, dirección y gerenciamiento de la empresa y de la familia empresaria.
  • Mecanismos de prevención y resolución de conflictos, incluyendo el arbitraje, como mecanismo superador frente a los juicios ordinarios en Tribunales.
  • Pautas para el traspaso de las participaciones societarias, sea por causa de muerte, o en base a la decisión (de todos o algunos) de vender su participación.

¿Qué significa “protocolizar la empresa”?

Protocolizar la empresa es un proceso más abarcativo, más complejo y más rico que limitarse a firmar un protocolo.

En efecto, un abogado amigo podría redactar un protocolo siguiendo los grandes títulos del punto anterior. O, también, sería posible navegar por internet y encontrar algún protocolo de los múltiples que han sido publicados. Sin embargo, cualquiera de esas dos alternativas constituyen un fracaso asegurado.

Nada más lejos de la esencia del protocolo que termine siendo una letra fría, fruto de la capacidad de redacción de un tercero, sin la participación de los integrantes de la familia empresaria.

La diferencia entre esa clase de protocolos y el que es fruto de un proceso de protocolización es la misma que hay entre comer un asado con amigos y mirar la foto de un asado. Porque el proceso de protocolización es, antes que nada, una oportunidad de participación para los miembros de la familia empresaria, sea que actualmente se encuentren trabajando en la empresa, sea que hayan trabajado en la empresa en el pasado, sea que no trabajen o que ni siquiera tengan la intención de hacerlo en el futuro.

Es el proceso de protocolización el que va a permitir identificar las situaciones de malestar o de conflicto existentes, y va a permitir superarlas a través de diferentes estrategias, siempre en búsqueda del éxito empresarial y la armonía familiar.

El proceso de protocolización, paso a paso 

1.- La selección de los consultores

Así como al mejor cardio-cirujano no se le ocurriría operarse a sí mismo (y, seguramente, tampoco operaría a un ser querido) el proceso de protocolización requiere de la participación de un consultor, o un equipo de consultores, ajeno a la familia.

¿Es recomendable que sean personas de confianza de algún miembro del grupo familiar?

En principio, no, porque es imprescindible que ese consultor, o grupo de consultores, tenga una mirada neutral, no condicionada por una historia compartida, o por el afecto hacia algún miembro de la familia. También es conveniente que ese consultor o equipo no tenga intereses económicos en juego, más allá de sus propios honorarios en el proceso de consultoría.

Esto es así, porque, desde el comienzo, es imprescindible que los integrantes del grupo empresario-familiar tengan la certeza de que lo que digan y callen va a ser recibido por personas que no tienen un conflicto de interés con ellos, ni son delegados de alguno de los integrantes del grupo empresario familiar.

2.- El programa de protocolización

Un proceso de protocolización de una empresa, de una familia empresaria, o de un grupo empresario-familiar, debe comenzar, indefectiblemente, con un diagnóstico presuntivo inicial, que cumple diversas funciones:

  • Que el consultor conozca a los miembros de la familia: su modo de pensar, las historias respecto de cómo han actuado ellos y sus familiares en el pasado, la existencia de cuentas pendientes, de relaciones más próximas o más lejanas entre ellos, etc.
  • Que los miembros de la familia conozcan al consultor, requisito indispensable para poder generar la confianza básica para poder interactuar.
  • Que se desplieguen los temas que resultan fundamentales en el momento que están atravesando la familia y la empresa.
  • Que se visualice (por lo menos, provisoriamente) la viabilidad de encarar un proceso de protocolización.

¿Quiénes deben participar en esta etapa de diagnóstico?

Lo ideal es que sean todos los miembros de la familia, sea que estén actualmente en la empresa o no.

Digamos que, desde una perspectiva dinámica, todos los miembros de la familia empresaria son potenciales protagonistas. Sea por su labor en la empresa, sea por vía hereditaria, o, en el peor de los casos, porque cuestionan en la Justicia las decisiones adoptadas por los titulares de la empresa.

Por lo tanto, escucharlos a todos desde una posición neutral (que es la que debe adoptar un consultor de empresas familiares) es el primer paso para poder avizorar potenciales conflictos, y también sus soluciones.

El plan de trabajo

Una vez realizadas las entrevistas iniciales, es posible proponer un plan de trabajo.

La mayor o menor rigidez del plan está ligada a varios factores. Entre ellos, podemos mencionar el grado de flexibilidad del consultor y su equipo de trabajo, la mayor o menor necesidad del grupo empresario-familiar de resolver determinados temas en particular, cuestiones de agenda (quiénes pueden estar presentes en cada reunión), etc.

El plan de trabajo puede desarrollarse a través de reuniones grupales (con todos los miembros de la familia) o parciales (con determinados miembros de la familia empresaria, o de gerentes no familiares) en cada caso. También pueden resultar necesarias las reuniones individuales.

En la medida en que estén claros los objetivos del trabajo, es el consultor quien debe proponer los dispositivos de encuentros más adecuados, para resolver cada tema concreto.

Ámbitos de intervención de consultoría externa

Hay cuatro ámbitos básicos en los que debe intervenir la consultoría externa en un proceso de protocolización:

  • Ámbito de los acuerdos familiares, los que llevarán, al cabo del proceso, a la redacción de un protocolo acorde a las necesidades y expectativas de esa familia empresaria.
  • Ámbito de las personas, lo que abarca, por un lado, las cuestiones emocionales de la familia empresaria, y por otro lado las relaciones laborales y profesionales (normalmente aludimos a ellas como “recursos humanos”)
  • Ámbito de la estructura (el organigrama, los planes de negocios, etc.)
  • Ámbito de la revisión (el tipo de información requerida por la Dirección y los propietarios, y cómo es presentada, los temas de auditoría, etc.)

Intentar la redacción de un protocolo que no tome en cuenta todos estos ámbitos es equivalente a perder una gran oportunidad, ya que toda la apertura que se logra en la familia empresaria en la etapa de elaboración del protocolo se desperdicia, al no avanzar en las cuestiones de personas de estructuras y de control que resultan claves para la consolidación de la empresa.

En síntesis, si no se abarcan los aspectos de personas, estructuras y control se condena a la empresa a un instrumento formal pero sin vida, porque no se lleva a cabo con profundidad el proceso de protocolización, que es el que le da nueva savia a la empresa.

Instrumentos y mecanismos aplicables

Puede ocurrir que, en el proceso de protocolización, se descubra la necesidad de utilizar ciertos instrumentos o mecanismos, que van a ayudar a lograr los objetivos planteados.

Algunos ejemplos que podemos mencionar:

  • El testamento, para definir la participación societaria de los futuros herederos-
  • Los seguros de vida, para proteger a algunos herederos-
  • Los seguros empresariales, para contar con los fondos necesarios para reemplazar a un hombre clave, o para establecer la continuidad de la empresa con determinados herederos y sin la participación de otros.
  • Los fideicomisos, para proteger a un heredero con discapacidad, o para establecer un mecanismo de administración de la empresa, o de transmisión de participaciones societarias, etc.


Conclusiones

Las empresas protocolizadas tienen muchas más posibilidades de perdurar a lo largo del tiempo, y de ser más exitosas y redituables.

Pensar la estructura de la empresa

Se dice que una organización con buen personal funciona. También, que es importante que haya cierto grado de libertad estructural, porque estimula la colaboración para realizar las tareas. Sin embargo, aún las personas capaces y que deseen cooperar entre ellas, trabajarán con más efectividad si conocen su ubicación ante una tarea, sus funciones y cómo se relacionan estas últimas con las de sus compañeros, para lograr un objetivo o resultado determinado. Comprender esta temática es un paso necesario para la toma de conciencia acerca de la necesidad de pensar la estructura de la empresa, paso necesario hacia su consolidación.


La estructura incluye:

  • la forma en que se dividen, agrupan y coordinan las actividades en una organización
  • las relaciones entre los gerentes
  • las relaciones entre los empleados
  • las relaciones entre gerentes empleados.

Diseñar la estructura de la organización es un requerimiento para su ordenamiento efectivo. Es imprescindible que el diseño sea claro y comprensible para todos los que deban realizar una determinada tarea y para quién es el responsable por los resultados. De esta forma se eliminan las dificultades que ocasiona la imprecisión en la asignación de responsabilidades y se logra una comunicación y un espacio para la toma de decisiones adecuados con los objetivos de la empresa. Por lo tanto, podemos concluir que la estructura es un medio del que se sirve la organización para conseguir sus objetivos con eficacia.

Pasos del diseño de la estructura

Organizar es un proceso en permanente evolución, pero siempre deben respetarse cuatro pasos básicos cuando se toman decisiones para definir una estructura:

  • Dividir la carga de trabajo en tareas que pueden ser ejecutadas, en forma lógica y cómoda, por personal o grupos. Esto se conoce como división de trabajo.
  • Combinar las tareas en forma lógica y eficiente. Este proceso, de agrupación de empleados y tareas se denomina departamentalización.
  • Definir quién depende de quién en la organización. Esta vinculación de los departamentos produce una jerarquía.
  • Establecer los mecanismos para integrar las actividades de los departamentos en un todo congruente y para vigilar la eficacia de dicha integración. Este proceso se conoce como coordinación.

O sea, en la estructura se considera, por un lado, la diferenciación (división del trabajo), y, por otro, la integración (coordinación de la división del trabajo) con el fin de alcanzar los objetivos establecidos. La estructura es el marco formal por medio del cual las tareas se dividen, se agrupan y se coordinan, todo lo cual se visualiza en el organigrama.

Tipos de estructuras organizacionales

Hay diferentes tipos de estructuras organizacionales. La mayor o menor conveniencia de adoptar un tipo u otro depende, en gran medida de la estrategia. El paso de una estructura organizacional a otra no puede ser instantáneo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la estructura no es el único factor que influye en la estrategia, ya que, además, debe considerarse el liderazgo y la cultura de la organización.

A continuación, veremos las características de cada uno de los tipos de estructuras organizacionales, que básicamente son:

  • Lineal
  • Funcional
  • Lineal/funcional
  • Divisional
  • Matricial

Organización Lineal

La organización lineal es aquella en la que la autoridad fluye desde los niveles más altos de la organización hacia los más bajos, y en ese sentido, los deberes y las responsabilidades de los diferentes miembros, así como las relaciones que entre ellos se establecen y definen tempranamente.

La organización lineal tiene una conformación de tipo piramidal, donde cada uno de los jefes recibe y transmite lo que sucede en su área, por medio de vías de comunicación preparadas específicamente para eso. De esta manera, es imposible que dentro de la organización exista una decisión de la cual nadie se hace cargo en cuanto a responsabilidad. De todos modos, por su intención abarcativa, la responsabilidad final siempre recae sobre la cúspide de la pirámide.

En esta clase de organización no funciona la asesoría, y la coordinación solamente es tomada por las unidades administrativas que están en un mismo nivel de autoridad.

Ventajas y Desventajas

Las ventajas de una organización lineal pueden verse en la simplicidad de su estructura por el reporte a un único superior, por la delimitación de las responsabilidades, la facilidad de la implantación y los buenos mecanismos de comunicación entre las diferentes estructuras jerárquicas, lo que redunda en buenas vías para otros propósitos.

Las desventajas, en cambio, se relacionan con la estabilidad y la constancia de las relaciones formales, que pueden conducir a la rigidez y a la inflexibilidad de la organización lineal, con no responder de manera adecuada a los cambios rápidos y constantes de la sociedad moderna.

La unidad de mando hace del jefe un generalista que no puede especializarse en nada (la organización lineal impide la especialización).

A medida que la empresa crece, la organización lineal conduce inevitablemente a la congestión, en especial en los niveles altos de la organización.

Organización funcional 

Este tipo de organización, reúne en un departamento a todos los que se dedican a una actividad, o a varias relacionadas, que se denominan funciones. Es el tipo de estructura organizacional que aplica el principio funcional o principio de la especialización de las funciones para cada tarea.

Es probable que la organización funcional sea la forma más lógica y básica de división por departamentos. Facilita considerablemente la supervisión, porque cada gerente sólo debe ser experto en un área limitada de conocimientos y habilidades. Además, facilita el movimiento de los conocimientos y habilidades especializadas para su uso en los puntos donde más se necesitan.

Al igual que la organización lineal, la organización funcional pretende tener muy aceitados los mecanismos de comunicación al interior de la empresa, eliminando al máximo la cantidad de intermediarios.

Características de la organización funcional:

  • Autoridad funcional o dividida: Es una autoridad que se sustenta en el conocimiento. Ningún superior tiene autoridad total sobre los subordinados, sino autoridad parcial y relativa.
  • Línea directa de comunicación: Directa y sin intermediarios, busca la mayor rapidez posible en las comunicaciones entre los diferentes niveles.
  • Descentralización de las decisiones: Las decisiones se delegan a los órganos o cargos especializados.
  • Énfasisen la especialización: Especialización de todos los órganos a cargo.


Ventajas y Desventajas

Entre las ventajas se puede ver, principalmente, la superación de la forma lineal de organizar las empresas. Las organizaciones pudieron especializarse más, y así obtener la mayor eficiencia de los empleados. La división del trabajo comenzó a ser planeada y no accidental, y el trabajo manual se separó del trabajo intelectual. Se puede ejercer una mejor supervisión técnica y con una comunicación directa más rápida.

En cuanto a las desventajas, es cierto que al interior de la empresa comenzó a ser más difícil localizar y fijar la responsabilidad, lo cual afecta la disciplina y la moral de los trabajadores, que en ocasiones consideran que existen contradicciones en las órdenes. El principio de la unidad de mando, típico de la estructura que parecía acabada, de todos modos, tiene algunas ventajas en lo que hace a la responsabilidad organizacional, y su ausencia puede motivar alguna clase de conflictos en algunos casos.

Se presenta una tendencia a la competencia entre especialistas, ya que los diversos órganos o cargos se especializan en determinar actividades; ellos tienden a imponer a la organización su punto de vista y su enfoque. Asimismo, se puede producir una confusión en los objetivos, ya que la organización funcional exige la subordinación múltiple, no siempre el subordinado sabe exactamente a quién informar sobre un problema. Esa duda genera contactos improductivos, dificultades para la orientación y confusión en cuanto a los objetivos que debe alcanzar.

Organización lineal/funcional 

En este caso se combinan los dos tipos de organización, aprovechando las ventajas y evitando las desventajas inherentes a cada una. Así, se conserva de la organización lineal, la autoridad y responsabilidad que se transmite a través de un solo jefe para cada función en especial (cadena de mandos), y de la funcional, la especialización de cada actividad en una función.

Este tipo de organización es el más utilizado en la actualidad. Por ejemplo, en el caso de existir un gerente general debe seguir los canales de comunicación (lineal). Asimismo, cada una de las áreas conserva la responsabilidad específica dentro de su especialidad, y cada una de ellas tiene la autoridad sobre las secciones que le reporten.

Ventajas y Desventajas

Entre las ventajas a resaltar, logra que los conocimientos de los expertos influyan sobre la manera de resolver los problemas de dirección. También hace posible el principio de responsabilidad y autoridad, y la especialización de un staff.

Como desventaja, mencionamos que se puede producir una confusión si no son bien definidos los deberes y las responsabilidades de las áreas que van a componer la organización.

Organización divisional

La organización divisional, o por producto/mercadeo, reúne en una unidad de trabajo a todos los que participan en la producción y comercialización de un producto, o un grupo relacionado de productos, o a todos los que tratan con cierto tipo de cliente.

Cuando la división por departamentos de una empresa se torna demasiado compleja para coordinar la estructura funcional, por regla general, se crean divisiones semiautónomas. En cada división, los gerentes y los empleados diseñan, producen y comercializan sus propios productos.

La organización por producto/mercadeo puede seguir uno de tres patrones: división por producto, la división geográfica (que se utiliza por empresas de servicios, financieras y otras no fabriles), y la división por cliente, donde la organización se divide de acuerdo con los diferentes usos que los clientes realizan de los productos.

Organización matricial 

La estructura matricial, o sistema de mandos múltiples, consiste en una organización con dos tipos de estructura en forma simultánea.

Los empleados tienen, de hecho, dos jefes, es decir, trabajan con dos cadenas de mando. Una es la de funciones o divisiones, y la otra es de una disposición horizontal, que combina al personal de diversas divisiones o departamentos funcionales para formar un equipo de proyecto o negocio, encabezado por un gerente de proyecto o un grupo, que es experto en el campo de especialización asignado al equipo.

Ventajas y desventajas

Con frecuencia, la estructura matricial es un medio eficiente para reunir las diversas habilidades especializadas que se requieren para resolver un problema complejo. Otra ventaja, es que concede a la organización una gran flexibilidad para ahorrar costos (como a cada proyecto sólo se le asigna la cantidad exacta de personas necesarias, se evita la duplicación).

Una desventaja es que no todo el mundo se adapta bien a su sistema. Los miembros del equipo, para ser efectivos, deben presentar habilidades interpersonales, ser flexibles y estar dispuestos a cooperar.

Síntesis

Frente a los problemas de producción, de comercialización, de logística y de control que se producen en las organizaciones es necesario preguntarse si la clave está en la formación del personal, en su motivación, en su capacitación o en el liderazgo, pero también hay que preguntarse si existen restricciones estructurales u organizativas que impiden el desarrollo adecuado de las personas y el cumplimiento de los objetivos de la organización.

El análisis de los tipos de estructura conocidos es uno de los valiosos aportes que puede realizar la consultoría externa a una empresa, porque ayuda a encontrar la solución más adecuada para cada caso concreto.

La empresa re-fundada, un modo especial de traspaso generacional

 

Sebastián era el cuarto primo que me tocaba entrevistar, en el marco del diagnóstico empresario familiar, esa batería de reuniones que realizamos con el objetivo de conocer a la familia empresaria como paso previo para encarar el desarrollo de un Protocolo Familiar. 


Algo de lo que dijo Sebastián me llamó la atención, «porque nosotros, los integrantes de la Segunda Generación…». Eso me llevó a repreguntarle quiénes fundaron la empresa.

– Mi papá, con mis tíos – respondió Sebastián sin pensarlo mucho.

– ¿Pero qué edad tenían ellos por entonces? – seguí indagando.

– Sé que papá era el único mayor de edad…- respondió Sebastián.

Detrás de este diálogo subyacía uno de los principales desencuentros de la familia empresaria. De hecho, Sebastián y sus hermanos se consideraban integrantes de la Segunda Generación, en tanto que sus primos (hijos de quienes supuestamente habían comenzado la empresa con el papá de Sebastián) se consideraban miembros de la Tercera Generación.

¿Qué había originado semejante diferencia de criterios?

En el año 1975 hubo una profunda crisis en la Argentina (una de tantas), con hiperinflación y recesión en la Argentina. Nada nuevo para oídos actuales, ¿verdad?, pero la magnitud de ese proceso, y la falta de antecedentes,  arrasó con muchas empresas.

El abuelo de Sebastián fue una de las víctimas: había vendido mucho a crédito, y lo que tenía para cobrar, que era todo su capital, se había convertido en migajas de la noche a la mañana, por lo que se descapitalizó dramáticamente.

Sin saber qué hacer frente a la situación, Roberto decidió dejar a su familia en la Provincia de Santa Fe, donde vivían, y emplearse en Capital Federal, desde donde mandaba algún dinero, cuando podía, en especial para ayudar a los más chicos.

Afortunadamente había podido devolver el local al propietario, y, como se había negado a poner la casa en garantía de las deudas, pudo salvarla porque estaba inscripta como bien de familia.

Daniel, el mayor de los hijos de Roberto, era el encargado de atender a los corredores (a esta altura, convertidos en cobradores).
Simpático, pícaro, emprendedor, Daniel convenció primero a un corredor, y luego a otros, de que la única manera que tenía su familia de pagar las deudas era que volvieran a confiar en ellos. O sea, que les entregaran mercadería nuevamente. «Ya perdiste cien. Ahora, con arriesgar veinte más, en una de esas recuperás todo, hermano. Te aseguro que yo tengo tantas ganas de que puedas cobrar como vos»; palabras más, palabras menos,  estos eran los argumentos de Daniel para conseguir que le dejaran mercadería en consignación.

Los siguientes años fueron muy duros: Daniel se dedicaba a vender ropa a domicilio, en tanto que el stock quedaba exhibido en el living de su casa, que, a medida que las cosas fueron mejorando, se convirtió en local de negocio, con vidriera a la calle.

Los hermanos, Silvia y Agustín, que al comenzar esta crisis tenían 20 y 18 años, colaboraron desde un comienzo. En 1980, la familia había vuelto a tener un negocio consolidado, con crédito por parte de sus proveedores, y con mucha vocación de progreso. Roberto dejó su trabajo en Buenos Aires, y volvió al negocio, en el que trabajó el resto de su vida.

Siempre se mantuvieron unidos, y crecieron económicamente, al punto de que hoy son los dueños de un mini-shopping y una distribuidora de productos importados.

Sin embargo, la relación entre los hermanos no creció al mismo ritmo que los negocios: Daniel era muy exigente con sus hermanos, siempre estaba de mal humor, y con una mirada negativa respecto del futuro.

Silvia, por su parte, no tenía interés en seguir involucrada de la misma manera: consideraba que ya había hecho un aporte muy importante, y en especial, luego de la muerte de su padre, creía que había llegado el momento de disfrutar de lo conseguido a lo largo de la vida.

Agustín había terminado la carrera de Contador, y combinaba el ejercicio de su profesión con la atención de los negocios familiares, pero sin el nivel de concentración y ejecutividad que caracterizaban a Daniel.

Las palabras de Sebastián, cuando se refirió a que él, sus hermanos y sus primos eran la Segunda Generación, me dieron un indicio de la discusión de fondo en la familia.

Si Daniel se sentía Fundador, había en su historia, como deducción lógica, un “error” que no se podía perdonar: por qué había invitado a sus hermanos, con una vocación y un compromiso tan diferentes a los de él, a asociarse en la empresa en igualdad de condiciones.

El tema fue enunciado en la devolución del diagnóstico, y luego retomado en reuniones posteriores, en las que se discutió abiertamente cuál había sido el rol de cada uno en la empresa de familia.

En esas discusiones, se notó con claridad que los hermanos menores tenían la capacidad de reconocer el rol de sus padres: el padre había sido el Fundador, luego había tenido problemas económicos, pero, si Daniel había podido negociar con los proveedores, era por el buen nombre que había sabido cultivar Roberto en sus mejores momentos. Además, el desarrollo de los nuevos negocios había tenido como origen el living de la casa familiar, por lo que también resultaba destacable la actitud colaborativa de mamá.

Por último, la participación de ellos, tan jóvenes, no había tenido lugar como ejercicio de su propia libertad y elección. Es decir, ellos no sentían que se habían asociado con su hermano mayor, sino que se habían integrado para colaborar en la empresa familiar, tan vapuleada por entonces.

A Daniel le costó entender este punto de vista, pero, finalmente, se dio cuenta de que su desarrollo había sido consecuencia de esa semilla plantada por su padre, y luego, les debía a su madre, y a sus hermanos, el aporte que cada cual había realizado, sin contarlos como un “toma y daca”, sino como un aporte natural a la subsistencia familiar.

Podría decir que este proceso lo llevó a Daniel a sentirse menos héroe, y a la vez, más humano. Ël fue quien puso toda su energía y su compromiso, en definitiva, para la la tranquilidad económica familiar, y pudo superar lo que había logrado su padre. Pero la clave consistía, tantos años después, en no negar ese aporte inicial, ya que, al reconocerlo, permitía que cada cual ocupara su lugar en la historia, y brindar a los jóvenes, en definitiva, un ejemplo de unidad familiar, y de colaboración entre generaciones.

El éxito del proceso  de traspaso generacional es uno de los requisitos fundamentales para la continuidad en el tiempo de la empresa familiar.

En este caso, la riqueza familiar creció cuantitativa y cualitativamente, pero, en pos de la unidad y el bienestar de todos, es necesario entender con claridad el valor de lo iniciado por la generación mayor.

Los seis puntos que no pueden faltar en la agenda del empresario Pyme

La problemática y la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas es un tema que nuevamente ha acaparado muchas páginas de los diarios debido a la complejidad del contexto en el cual están operando. La inflación de costos que deben afrontar como consecuencia de la suba de las tarifas de los servicios básicos, las altas tasas de interés que deben abonar (consecuencia de la necesidad de mantener administrado el valor del dólar), la disminución de los niveles de producción como consecuencia de la caída de la demanda, colocan a las pymes en una situación que exige una vez más el máximo nivel de creatividad y pone a prueba todas las capacidades del empresario, dado que trasladar los mayores costos en su totalidad no es una opción.


Hablamos de creatividad en un sentido amplio. Es decir, no sólo implica la capacidad de crear nuevos productos, sino que también ser muy ingeniosos en la manera en que se hacen las cosas; creatividad en los diseños e implementación de los procesos, en la manera de competir, siendo fieles a lo que mejor se sabe hacer, y en la capacidad de mantener viva una cultura con valores fuertes.

Hoy en día, más que nunca, el empresario pyme sabe que (su supervivencia y crecimiento) depende más de su capacidad de hacer las cosas mejor que su competencia que de las condiciones del contexto macroeconómico o de alguna oportunidad coyuntural.

Por ello, para generar ese factor diferenciador, deberá trabajar muy fuerte “puertas adentro”, y el replanteo tiene que ver con los siguientes seis focos de suma importancia:

 1. Ciclo de vida de la Pyme y dolores de crecimiento

La utilización del modelo de ciclo de vida permite al empresario comprender cuál es el origen de los problemas por los que se suele atravesar.  Más allá de las capacidades y destrezas de quienes dirigen la empresa hay situaciones que son inherentes a los cambios de tamaño y complejidad por los que atraviesa y que impactan directamente en la rentabilidad y en el clima organizacional. Conocerlos nos permite anticiparnos.

2. Estructura y delegación

Dentro de los principales problemas que suele aquejar al empresario uno de los más importantes es la sobrecarga de trabajo, sus características de multitasking y de la cual muchas veces suele sentirse orgulloso pero la realidad es que denota una falta de experiencia y comprensión de la importancia de pasar de un proyecto emprendedor (donde todos hacen de todo) a una visión empresarial con objetivos, responsabilidades y autoridad claramente definidas.

3. Liderazgo y comunicación

No es novedad la importancia y el rol del líder y de la comunicación para cualquier grupo humano o empresa. Realmente es, muchas veces, lo que hace LAdiferencia entre una empresa que trasciende y otra que subsiste (y recordemos que no es necesario ser una empresa grande para trascender en lo que se hace). Por eso analizar el rol y la manera de comportarse del Número 1 de la empresa es una cuestión estratégica y crítica.

4. Sistema de información y toma de decisiones

Todos sabemos que tomar decisiones es una de las funciones más importantes que tiene cualquier persona con responsabilidad dentro de una empresa, ya sea el empresario, un gerente o un jefe de área.  También estamos habituados a escuchar al empresario decir que “acá nadie toma decisiones, nadie se hace cargo de nada”. Evidentemente, tomar decisiones es una instancia que puede circunscribirse a un acto (elegir) o a un proceso (hacer un diagnóstico, evaluar alternativas, ponderarlas, implementarlas y controlar) y quien mejor lo realice, obtendrá mejores resultados.

Por supuesto que para ello es preciso contar con información confiable y oportuna. Muchas veces se nos dice en las pymes que no tienen información para tomar decisiones, y algo de razón tienen quienes así lo manifiestan, ya que tienen miles de datos, pero poca información de valor para tomar decisiones.

5. Cultura y clima organizacional

Hay una gran diferencia entre cambiar las cosas que hacemos y saber porqué tenemos que cambiarlas. Uno de los problemas habituales que tenemos en las pequeñas y medianas empresas es suponer que implementar una herramienta o un modelo de gestión será exitoso por el solo hecho de que lo fue en las organizaciones y por ende nos embarcamos en proyectos de inversiones importantes pero que terminan siendo descartados o al menos representan un retorno sobre la inversión muy bajo.  La manera en que somos, la resistencia al cambio, los valores, los riesgos que estamos dispuestos a asumir forma parte fundamental de nuestras posibilidades de éxito y de diferenciación, por eso la cultura es un factor estratégico fundamental.

6. Desarrollo organizacional y cambio

Evidentemente la necesidad de conocer y hacer lo planteado hasta acá es un objetivo de cada una de nuestras pymes, pero seguramente también sentimos que nos falta bastante para llegar a ese punto, ¿verdad?

Por ello, es importante ser conscientes que los cambios no se dan de manera espontánea ni automática, debemos trabajar para ello y debemos hacerlo de modo equilibrado y sistemático. Lograr que todos consideren el cambio como una necesidad real es lo que quita relevancia a la llamada resistencia al cambio que, normalmente, hace que avancemos un paso y retrocedamos dos.

Diez aportes del protocolo familiar a la empresa y la familia

Desde hace algunos años se viene difundiendo en el mundo Pyme la figura del Protocolo Familiar, como un instrumento necesario para la consolidación de las relaciones entre empresa y familia. En este artículo exponemos cuáles son los aportes prácticos del Protocolo.


El protocolo familiar es un instrumento con valor moral y legal, que formaliza los grandes acuerdos entre los integrantes de una familia empresaria, con vistas a la consolidación de la empresa, el retiro de los integrantes de la generación que actualmente ejerce el poder, y el traspaso del poder a las generaciones siguientes.

Si resaltamos el valor moral del protocolo es, justamente, porque en la filosofía que lleva a su elaboración, resulta dominante la idea compartida de contar con una guía para la conducta de personas que tienen la vocación de cumplir con su palabra y sus compromisos.

Decir lo que se piensa y hacer lo que se dice son conductas necesarias para el éxito de las relaciones empresarias en el largo plazo.  El proceso de elaboración del protocolo aporta a la concientización respecto de esas conductas, y a su práctica efectiva.

Cuando los firmantes de un protocolo no son personas confiables, o han perdido la confianza entre sí, es recomendable, en primer lugar, preguntarse si realmente será posible mantener la sociedad a lo largo del tiempo, y si la respuesta es positiva, deberán arbitrarse todos los mecanismos de protección que resulten posibles, desde una reforma de estatutos, a la formulación de pactos de socios con graves sanciones para el caso de incumplimiento.

Sin embargo, la experiencia indica que, en la mayor parte de los casos, quienes se disponen a encarar la elaboración de un protocolo parten de una confianza recíproca, y, en todo caso, buscan consolidar los lazos familiares y empresariales, y disolver las diferencias históricas y presentes con el deseo compartido de lograr un futuro mejor.

En este marco, identificamos diez grandes aportes que puede realizar el protocolo familiar a la familia empresaria:

1 . Definir la significación estratégica de la empresa familiar y de la familia empresaria

En el proceso de diálogo es posible  identificar y compartir con los demás miembros de la familia, en qué etapa de su desarrollo se encuentran la empresa y la familia; cuál es la visión que los guía, cuál es la misión compartida, cuáles son los valores que inspiran su conducta, y la definición de los objetivos de largo plazo.

Esto ayuda, en definitiva, a tirar para el mismo lado, a comprometerse con un destino compartido; a poder sentir, en definitiva, que el esfuerzo de cada uno se enriquece con el aporte y el sostén del grupo empresario-familiar.

2 . Establecer las reglas para la participación de familiares.

Un punto clave consiste en decidir cuál ha de ser la participación de los parientes políticos: si podrán ser dueños del capital (por vía de herencia, o de compra de participaciones societarias); si podrán participar en el Directorio de la sociedad; si podrán trabajar en la empresa familiar. O si, por el contrario, esas tres alternativas (o alguna de ellas) queda vedada a quienes no forman parte de la familia consanguínea.

A su vez, en esta etapa de la evolución de las relaciones afectivas, cabe preguntarse a qué denomina “pariente político” cada grupo empresario familiar: si a aquellos con los que existe un vínculo formal (matrimonio) o una convivencia registrada, o también puede incluir una simple convivencia sin inscripción, o hasta las relaciones de pareja sin convivencia.

Las reglas claras, tanto respecto de la pertenencia a la familia, como de la posibilidad de pertenecer a la empresa, constituyen un enorme aporte de valor, para evitar malos entendidos y frustración de expectativas.

3 . Fijar las pautas para el trabajo en la empresa

¿A qué edad se pueden incorporar los miembros de la familia?

¿Es necesario que previamente realicen una experiencia fuera de la empresa?

¿Cuáles son los requisitos académicos? ¿Se valora un título de grado, aunque no sea aplicable a las necesidades de la empresa, o sólo se valoran los estudios que luego se podrán aplicar en la actividad empresarial?

También es necesario definir si los familiares deberán cumplir horarios equivalentes a los no familiares, si se establecerá un plan de carrera (igual al de los no familiares, o diferenciado), y cuáles son los criterios respecto de las sanciones por incumplimientos.

4 . Acordar las pautas de retribución

Para evitar toda clase de conflictos o malos entendidos debe quedar muy claro qué servicios o productos serán suministrados por la empresa a los miembros de la familia que se desempeñan en ella.

Los ejemplos clásicos son la medicina prepaga, los teléfonos celulares, el uso o hasta la propiedad de automóviles, el uso de un espacio vacacional (por ejemplo, una casa en la costa, etc.

Si hay aportes que también son usufructuados por quienes no se desempeñan en la empresa, es posible que resulte necesario replantear desde dónde se hace el aporte. Por lo tanto, en lugar de atribuir el aporte a la empresa familiar, es conveniente entenderlo como un aporte de la familia empresaria.

5 . Establecer y practicar los dispositivos de toma de decisiones

Una característica generalizada en las Pymes, es la falta de práctica de los espacios de debate y decisión.

La discrepancia entre los integrantes de la familia se suele vivir dramáticamente, y lleva, muchas veces, a la pérdida de toda práctica de reunión y de intercambio de ideas.

Como consecuencia de ello, cada cual termina haciendo “su quintita”, en la que es dueño y señor, y muchas veces queda descoordinado de los demás partícipes de la empresa.

Un aporte fundamental del protocolo empresario-familiar consiste en la posibilidad de articular reuniones productivas, que permitan un rico intercambio de ideas, más un mecanismo para asegurar la implementación de las decisiones adoptadas y la evaluación de los resultados.

6 . Establecer los beneficios para los titulares de la empresa, y para quienes la dirigen

¿Empresarios ricos, con empresas pobres? Por el contrario, ¿empresas ricas, con empresarios pobres?

Según la formación de los integrantes de cada familia empresaria, puede darse una de las dos alternativas: o personas muy austeras, que se limitan en sus gastos para reinvertir todo lo que está a su alcance, o personas interesadas en engrosar su patrimonio personal y/o sus gastos, a veces hasta el punto de descapitalizar a la empresa.

El proceso de elaboración del protocolo familiar da la oportunidad de poner en cuestión las prácticas históricas, y definir cuál es la mejor política para armonizar los intereses y deseos de los propietarios de la empresa, y las necesidades de la organización en materia de reinversión y reservas.

7 . Acordar los mecanismos de transferencia de las participaciones societarias

Aunque siempre es necesario rendir cuentas y documentar la gestión de cada uno (lo que aumenta la tranquilidad de los miembros de la familia en la empresa), el valor de trabajar y estar asociado con los seres queridos es determinante.

Por lo tanto, es necesario tener en claro cuáles serán las pautas para el caso de que algún miembro de la familia quisiera transferir su participación en la empresa: si debe dar prioridad a los demás familiares, si existe algún valor consensuado, en base al cual los compradores deberán pagar la parte de quienes venden, si existe alguna obligación por parte de los socios de comprar la parte del que decide vender; si, en caso de que aparezca un comprador por toda la empresa, existe una pauta que torne obligatoria la venta a todos los socios, etc.

Tener estas pautas claras evita una especulación que puede ser destructiva, o sorpresas inmanejables en el momento en que están en juego importantes intereses económicos y expectativas.

8 . Establecer y practicar los mecanismos para prevenir y resolver conflictos

Para cualquier empresa Pyme, el proceso de resolución de conflictos es clave, dado que, el mantenimiento de éstos a lo largo del tiempo mina las pautas de la sana convivencia societaria.

De una manera u otra, cuando existen conflictos entre los socios se hace más difícil gobernar la empresa, y el clima se enrarece de forma tal, que empiezan a manifestarse situaciones de desconfianza, que eventualmente pueden llevar a la pérdida del control de las decisiones empresariales.

Obviamente, estas dificultades que se experimentan en la empresa se trasladan rápidamente a la familia, y se convierten en fuente de malestar y recriminaciones cruzadas.

Para evitar mayores daños, un mecanismo claro y debidamente practicado de prevención y resolución de conflictos es el camino más adecuado.

9 . Pautar los nuevos negocios y la asociación con terceros.

El futuro no va a ser igual al pasado, y probablemente tampoco al presente.

Por lo tanto, diseñar los nuevos negocios de la empresa entraña un desafío extraordinario, ya que, a las diferencias naturales de visión e interpretación que existen entre los seres humanos, se agregan las distintas maneras de encarar la innovación.

Tanto en la interacción de las diferentes generaciones, como entre los miembros de una misma generación, hay distintas percepciones y expectativas respecto de la innovación.

Para evitar daños irreversibles a las relaciones entre los miembros de la familia empresaria es conveniente establecer las pautas para la consideración y aprobación de nuevos negocios, así como para los procesos de asociación con terceros.

Si esas pautas respetan las diferencias, y dan espacio para que los miembros de la familia pongan en juego sus diferentes miradas, se favorecerá la unidad familiar y el sentido de pertenencia.

Si, por el contrario, las diferentes miradas y expectativas respecto de un nuevo proyecto no pueden canalizarse adecuadamente, es posible que algunos sientan vértigo, porque los están arrastrando a situaciones de riesgo que no quieren vivir, y otros se sientan atrapados sin salida

10 . Establecer las relaciones entre los integrantes de la familia y los colaboradores no familiares

El protocolo permite establecer las relaciones entre los miembros de la familia empresaria y los colaboradores no familiares en diversos ámbitos:

  • En algunas empresas, los no familiares se integran a la dirección de la empresa.
  • En otras, la dirección se mantiene en el ámbito exclusivamente familiar, pero un no familiar ocupa el cargo de Gerente General.
  • En otras empresas, también la Gerencia General queda reservada a un familiar, pero hay gerentes, o mandos medios, no familiares, respecto de quienes es imprescindible establecer una política de relacionamiento, para mantener las buenas relaciones, retener talentos y generar el mejor clima laboral posible.

En síntesis, a diferencia de lo que ocurre en las empresas reservadas exclusivamente a miembros de la familia, en la mayor parte de las organizaciones es necesario adoptar una política de relacionamiento con los no familiares, y realizar una práctica que permita obtener los mejores resultados.

Síntesis

Hemos recorrido diez beneficios que puede brindar el protocolo familiar a la empresa y a la familia.

Cada proceso de elaboración de protocolo es único, dado que, en función de las características de la empresa y de los integrantes de la familia empresaria, algunos puntos resultan más polémicos, o difíciles de definir,  que otros.

Animarse a poner estas cuestiones sobre la mesa, y aprender a dialogar incluso en el disenso, son aportes de valor real, que hacen empresas sustentables y familias felices.