Temas de Empresa & Familia

Vender un proyecto a la familia

“Al consultor de empresas familiares lo llaman por diferentes problemas: de sucesión, de liderazgo, u otras cuestiones. Pero siempre, en la base, hay un problema de comunicación”

Transcripción del 6to programa de 2021 de “Empresa y Familia – Modelo para armar”, conducido por Leonardo Glikin y Carlos Liascovich.

Carlos Liascovich: Buenos días. Una nueva emisión de Empresa y familia: modelo para armar. Y con nosotros las palabras iniciales, como siempre, de Leonardo Glikin.

Leonardo Glikin: Hola, buenos días a todos. Hoy vamos a hablar de algo muy particular, que es vender un proyecto de protocolo a la familia.

Entonces dice Alberto: “Muy interesante todo lo que me explicaste, Doc. Entiendo que este trabajo con ustedes nos va a servir para evitar conflictos y arreglar algunas cositas que no están del todo bien en la empresa. Ahora déjame que le venda el proyecto a la familia”.

Y yo, en ese momento, lo miré y le contesté: “O sea, veo que estás decidido a que este proyecto no se puede llevar adelante”. Alberto se sorprendió y entonces me pidió que le explicara por qué le decía eso.

Entonces le dije: “ocurre que lo que le tenés que vender a tu familia es la idea de que ustedes podrían comunicarse de una manera diferente, aceptar las diferencias de forma de pensar entre padres e hijos, entre hermanos, entender que no todos tienen el mismo compromiso con el trabajo, ni la misma vocación y, en algunos casos, ni siquiera la misma capacidad. Que quizás, después de revisarlo un poco entre todos, concluyo en que no son justos los sueldos que están cobrando y que algunos de los miembros de la familia no tendrían que estar en la empresa”.

 

 

Y seguí hablando, le dije: “Empieces por donde empieces a plantear la cuestión, cada uno se va a imaginar en seguida aquellas cosas en que el cambio podría ir en contra de sus intereses o de sus costumbres. Entonces, para cada uno de ellos, aunque sea por diferentes razones, les va a resultar más cómodo el no, no hacer nada, no moverse, en definitiva, en tus palabras, no comprar”.

Entonces me dijo Alberto: “¿Tu conclusión es que no se puede hacer nada?”.

“Por el contrario”, le contesté, “mi conclusión es que podemos mover montañas, pero si empezamos por donde hay que empezar, es decir, por el primer paso. Tu intento de vender la propuesta es equivalente a que le propongas matrimonio a una mujer antes de invitarla a tomar un café”. “La boca se te haga a un lado”, me dijo Alberto, “creo que vos no sabés cómo es mi familia”.

“Alberto, yo no tengo ninguna duda de que tu familia es muy particular, porque cada uno tiene su historia, su forma de relacionarse con los demás, sus propios anhelos. Sin embargo, en algún sentido, las familias empresarias tienen algunos rasgos en común. Casi todas están esperando poder hablar de los temas que realmente les importan, aunque también teman ese momento; casi todas querrían tener más certezas respecto de cómo manejarse en el futuro; muchas necesitan ordenarse de una manera clara, estableciendo normas de procedimientos que sirvan en las buenas, pero muy especialmente en las malas”.

 

 

“Y entonces, frente a lo que decís, ¿qué es lo que tengo que hacer?”.

“Y, bueno, como te dije”, le contesté, “empecemos por el primer paso. Lo único que tenés que hacer es organizar una reunión distendida con todos los miembros de la familia, con los que están en la empresa, con los que no están en la empresa, con los que estuvieron, y simplemente explícales que van a escuchar cosas que tienen que ver con sus intereses y con su deseo de que la empresa pueda continuar en el tiempo. Y lo más importante, que esa presentación no los obliga a nada, es simplemente una oportunidad para pensar cosas que, en una de esas, nunca pensaron”.

“Bueno”, dijo Alberto, con un poco de escepticismo, “este encuentro que me proponés puede llevar a que mi familia acepte participar en este proyecto, pero también puede llevar a que no”.

“Sí Alberto, ese es el riesgo que corremos, pero démonos la mejor oportunidad, y la mejor oportunidad es que tu familia tenga la oportunidad de percibir que cada uno de ellos va a ser escuchado en un clima de neutralidad”.

 

 

 

 

 

 

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