Temas de Empresa & Familia

Patrimonio, familia y empresa en una experiencia interdisciplinaria

 

A veces nos contacta el Fundador de una Pyme, o alguno de sus hijos. Otras veces, quienes acuden son los integrantes de una segunda o una tercera generación  que actualmente tienen la responsabilidad de llevar adelante una empresa familiar. En otros casos no hay empresa, pero hay un patrimonio compartido que es necesario proteger para la siguiente generación.

Ese contacto inicial provenga de quien provenga,  puede ser el comienzo de un viaje de transformaciones y consolidación.

¿Quiénes conforman la familia empresaria? (en otras palabras, qué lugar tienen los miembros de la familia política)

¿Cómo se llevan entre sí los miembros de la familia?

¿Qué historias los han unido, y qué historias los han dividido a lo largo del tiempo?

¿Cuál es la expectativa que cada uno tiene respecto de la empresa, y de la familia?

¿Lo más importante son los afectos personales, o es el negocio compartido?

¿Cómo me imagino dentro de 5 años, en la empresa, y en la familia?        

¿Hay algún riesgo de desajuste con la siguiente generación?

Y si no hay empresa, o más allá de la empresa, ¿cómo se piensa mantener el patrimonio unido y protegido frente al futuro?


Estas son algunas de las preguntas disparadoras, que cada integrante de una familia empresaria, o titular de un patrimonio,  se debe plantear para poder profundizar en un diálogo enriquecedor.

No se trata solamente de hacer las cosas bien para llegar al éxito en el negocio. Se trata de hacerlas de una manera tal, que los vínculos puedan fortalecerse a lo largo del tiempo, evitando situaciones de conflicto y malestar. 

Esto significa, que cada cual entienda cuál es el lugar más adecuado para agregar valor, y sintonizar con los otros de la mejor manera, lo cual a veces requiere poner límites que hoy no están claros, o, por el contrario, ablandar determinadas posturas con el objetivo de hacer más fluídas las relaciones, y más vivible para todos la experiencia de crecimiento y desarrollo en la empresa familiar. 

 

 

La equidad entre los miembros de la familia, las instancias de diálogo y la propensión a comprenderse y aceptarse resultan fundamentales, cuando nos proponemos que las relaciones se puedan mantener exitosamente a lo largo del tiempo.  

En gran medida, nuestra participación como consultores de patrimonio, familia y empresa apunta a identificar cuáles son los riesgos a futuro, y trabajar para que las cosas se ordenen de manera tal, que esos riesgos disminuyan y resulten manejables.

Para lograr el éxito buscado se ponen en juego una serie de aspectos emocionales, organizacionales y de relación empresaria y familiar, que, cuando están contenidos en el marco de un proceso de ordenamiento con elevada participación de los miembros de la familia, tiene grandes posibilidades de éxito.

En esta clase de procesos, en mayor o menor medida, se ponen en juego las siguientes cuestiones:

1.- Temas  organizacionales:
Por un lado, hay cuestiones que tienen que ver con la empresa en sí misma, tales como sus reglas de funcionamiento, sus procesos y procedimientos, los planes de negocios, el organigrama, la descripción de funciones, objetivos y responsabilidades de cada uno.
  2.- Temas emocionales:
Otros aspectos en juego tienen que ver específicamente con las personas intervinientes, tanto en la empresa como en el ámbito familiar: sus emociones, sus anhelos, sus expectativas, el modo como cada cual se relaciona con los otros, y también las situaciones del pasado que han dejado huella y hoy es necesario superar.
  3.- Temas regulatorios.
Una vez que todo esto se echa a rodar, es necesario generar las normas adecuadas para reglar las relaciones entre las partes. Porque tanto la empresa como la familia son organismos vivos que requieren un orden, lo que implica que cada cual tiene que saber con claridad cuáles son las conductas que hay que estimular y premiar, y cuáles son las que no se pueden permitir, precisamente para que las buenas relaciones puedan mantenerse a lo largo del tiempo.
 

 

Como se ve, se trata de un proceso de diálogo complejo y abarcativo de situaciones pasadas, actuales y futuras, de diversa procedencia y con un destino particular: poder lograr armonizar las relaciones para lograr la continuidad exitosa y feliz a lo largo del tiempo.

De nuestra parte, como consultores de empresas familiares, consideramos que es necesario dar participación a profesionales con diversas formaciones de origen, para que puedan escuchar las diferentes demandas que se plantean, y brindar soluciones adecuadas para cada caso.

Por ese motivo, más allá de la formación de origen de cada consultor, trabajamos profundamente para articular la relación profesional más fructífera posible entre los profesionales de la psicología, los profesionales del Derecho y los profesionales del mundo de la administración de empresas.

Que cada integrante de CAPS Consultores comprenda con claridad cuáles son las incumbencias de los otros, y tenga el entrenamiento adecuado para hacerles espacio en los procesos de trabajo, es una de las claves para que las respuestas a los integrantes de las familias empresarias estén basadas en lo que realmente necesitan, más allá del saber de origen de cada uno.

 

 

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